La bonanza económica animó a adquirir una embarcación de recreo para disfrutar de la riqueza de la costa almeriense. Los puertos deportivos, ocho en total, vivieron un aumento de demanda y solitaron en varias ocasiones poder ampliar su oferta. La crisis y la nueva normativa de la Junta ha golpeado al sector que ha visto aumentar los casos de abandono de las embarcaciones. “Ha pasado siempre y en todos los puertos, y en los últimos meses más, según se comenta”, confirma Antonio Parás, desde el puerto de Almerimar.
Cuando las autoridades encuentran un barco en malas condiciones “se saca del agua y un notario levanta acta”, explica Parás. Y es que, “una vez que pasa el tiempo, ya no hay vuelta atrás” y el barco no se puede recuperar, según explica. Carlos Fernández, de los puertos de Roquetas y Adra, también considera que el abandono “se ha incrementado, aunque tampoco es que se haya disparado”.
En los puertos gestionados a través de un club privado es más raro que ocurra, ya que los ocupantes de sus amarres son los socios del club. Sin embargo, sí se han dado casos en aquellos puestos destinados a gente de paso. “Alguna vez hemos encontrado embarcaciones abandonadas por transeúntes, generalmente algún extranjero”, comentan desde el Club de Mar de la capital, que explican que se da conocimiento a la Guardia Civil. Los clubes también coinciden al afirmar que la crisis tampoco ha hecho disminuir la ocupación de sus puertos. En Almería, con 276 puestos, y en la zonas para socios de Aguadulce y Roquetas de Mar, la ocupación es completa. “Tenemos todo cubierto”, comentan desde este último.
Sólo el 30% en Roquetas
La entrada en vigor de la nueva ley de tasas para los puertos deportivos ha hecho caer la ocupación en Roquetas de Mar, “principalmente en los atraques de base, los que permanecen durante todo el año”, explica Carlos Fernández.
Los datos de los amarres de tránsitos mantienen una previsión más optimista de cara al verano, si bien, el directivo comenta que actualmente la ocupación ha bajado hasta tener sólo el 30%.
Los usuarios del puerto también explican que la subida de los precios ha hecho que muchos dueños de embarcaciones de recreo hayan optado por “sacar del agua los barcos y gardarlos en garajes u otros locales”, alerta Luis Garcerán, usuario del puerto deportivo.
“Cuando la Junta construyó los nuevos pantanales con los amarres, muchos nos alegramos, pero el alto precio ha hecho que estén casi vacios”, añade y comenta que incluso los miembros del club náutico se interesaron por los amarres públicos, “pero con ese precio es imposible”. Desde el puerto también se señala que entre los ocupantes de los amarres ha crecido la morosidad.
En cuanto al puerto deportivo de Adra, también dirigido por Carlos Fernández, actualmente cuenta con entre 30 o 40 embarcaciones, de los 267 amarres ofertados. La baja cifra responde no sólo a la crisis económica y a las dificultades del sector por las tasas sino a que está comenzando su andadura, por lo que se espera que las cifras puedan mejorar este verano y sigan aumentando en las próximas temporadas.
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