Un año después del núcleo central de las actividades del cuarto centenario de la Cruz de Canjáyar, las banderolas siguen colgadas en las calles del pueblo, la inmensa mayoría impolutas, tan solo alguna un poco desgastada, las más expuestas al viento.
La abundante señalización de cuanto tuvo que ver con el evento orienta y hasta dirige al visitante por las muchas rutas preparadas alrededor de la Cruz, por los otros lugares de interés del casco urbano o, simplemente, por la buena oferta gastronómica que ofrecen los tres restaurantes del pueblo.
Han dejado huella el cuarto centenario y el año jubilar en Canjáyar, se advierte a simple vista. “Nos colocó en el mapa y nos obligó a los canjilones a tomar conciencia de lo que necesitaba nuestro pueblo”, afirma el alcalde, Francisco Alonso.
“Por una parte, la planificación del evento nos llevó a diseñar aspectos esenciales para el presente y el futuro, y por otra los vecinos apostaron por su compromiso: la limpieza de las calles, la decoración de balcones y ventanas, la asistencia masiva a los actos organizados”, explica el alcalde, que concluye: “El centenario nos ayudó a la toma de conciencia como canjilones”.
Un año de realizaciones
Queda de ese 2011 en el recuerdo de los canjilones la sensación de ser el centro de miles de visitas, decenas de actividades religiosas, culturales y artísticas, el cupón de la Once, el sello de Correos y la atención como nunca tuvieron de los medios de comunicación provinciales y de Canal Sur.
Y en la realidad día a día tangible de la vida del municipio quedan la restauración total de la iglesia, salvo el interior del campanario; publicaciones, entre ellas un destacado libro sobre el municipio y el disco con los himnos de la Santa Cruz y de Canjáyar; la fuente y el monumento del Cuarto centenario; la cruz a gran tamaño en acero realizada desinteresadamente por Matías Ruiz Bueno y las numerosas placas explicativas que llenan el pueblo.
Y varias iniciativas de carácter turístico que constituyeron un auténtico éxito, las diversas rutas organizadas como reclamo, unas en el interior municipio y una especialmente atractiva, el sendero Almería-Canjáyar para quien quiera hacer una más que interesante excursión de catorce horas por medio de unos paisajes y una naturaleza que gustan.
30.000 visitantes
Especial importancia se da en Canjáyar al “conocimiento del pueblo por los muchos viajeros que nos visitaron, y que sabemos que volverán”, explica José Juárez, segundo hermano mayor de la cofradía de la Santa Cruz.
Juárez cifra en 25.000 los visitantes que, a lo largo del año jubilar, tuvo Canjáyar. Tiene sus propias cuentas dado que la cofradía estuvo en el centro mismo de la enorme programación de actos directa o indirectamente religiosos.
“Hemos llegado en ocasiones a hacer cinco misas al día, con la iglesia a rebosar. En las piscinas llegó a haber tres reuniones multitudinarias. El 19 de junio, por la adoración nocturna, juntamos a 3.000 personas”, enumera Juárez los asistentes a las numerosas actividades.
Sin embargo, esas cuentas podrían haberse quedado cortas. Por datos recabados de la oficina de información, de los restaurantes del pueblo y otros detalles, cree el alcalde que la cifra está más próxima a los 30.000, en cuanto hubo visitantes que, sin llegar a participar en actos de carácter religioso, viajaron al pueblo al calor de la información que sobre él proliferó en los medios de comunicación de la provincia y de fuera de la provincia.
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