Las Palmerillas y El Ejido ensayan técnicas para separar la rafia del resto vegetal

El campo almeriense es tierra de emprendedores y el desarrollo del ‘modelo Almería’ ha sido gracias al ingenio del productor. Y ahora con la problemática de la gestión de los restos vegetales aflora de nuevo ese ingenio porque hay un grupo de agricultores, fichados por la concejalía de Agricultura de El Ejido, que han inventado distintos sistemas para poder separar la rafia (materia plástica de las guitas) del vegetal y así poder reciclar los restos.

Hasta ahora no hay ninguna máquina que logre dicha separación con garantías. Por eso, el compost que se obtiene en las plantas de reciclaje no es de suficiente calidad como para ser certificado. En este caso, la solución ha venido desde abajo, agricultores que han aprendido a hacer su propio compost y que, de forma autodidacta, han ideado nuevas técnicas para poner las guitas al inicio del cultivo y luego poder retirarlas con facilidad cuando se arranque.

“Estamos aprendiendo de ellos y hemos grabado vídeos en sus invernaderos, usan nudos más sencillos tipo lazo para quitarlos luego con facilidad”, según José Luis Racero, de Las Palmerillas, “los volveremos a grabar al inicio de campaña para después trasladar esa experiencia a nuestra Estación y de ahí transferir ese conocimiento al resto de agricultores a través de cursos”.

Este proyecto es fruto de la colaboración entre la Fundación Cajamar y el Ayuntamiento de El Ejido. El consistorio ha aportado el contacto de los agricultores y la Fundación llevará a la práctica estas nuevas técnicas con la rafia en sus instalaciones.

Obligación para el agricultor

El concejal ejidense de Agricultura, Manolo Gómez, de quien partió la idea, subraya que esta iniciativa además de dar solución al mayor problema que existe en el tratamiento de desechos agrícolas (la separación de la rafia) responde a su vez a las nuevas exigencias de la normativa andaluza: “El artículo 18 del Reglamento de Residuos de Andalucía señala la obligación del agricultor de separar sus restos”.

El propósito, pues, es replicar en Las Palmerillas lo que ya hacen unos pocos agricultores en campo y de ahí extrapolarlo de forma masiva a todo el sector.