Primaflor es la despensa de los supermercados chinos de Europa

Las estanterías de los supermercados chinos repartidos por España, habituales en barrios como Tetúan en Madrid, pero también en otras ciudades españolas como Barcelona o Valencia o también europeas como Londres, Berlín, París o Amsterdam, están llenas de productos cultivados en la finca experimental de la empresa almeriense Primaflor.

Son productos para la cocina asiática, la mayoría de nombre impronunciable y desconocidos para el ama de casa occidental. Entre ellos hay productos similares a las coles y otros muchos que ni siquiera se consumen en Europa.

Primaflor, siempre diversificando y ampliando su gama de productos, lleva ya más de quince años funcionando con una estación o finca de experimentación en la que da una vuelta de tuerca a sus producciones buscando nuevas variedades con valor añadido. Y es en esta finca en la que se cultivan todo tipo de hortalizas “chinas” que llenan la despensa de los centenares de hogares de esta nacionalidad afincados en España y los miles repartidos por toda Europa.

Son productos para el autoconsumo de la amplia y numerosa colonia china afincada en el continente europeo. En muchos casos son productos gourmet, dirigidos a los clientes asiáticos de alto poder adquisitivo, con lo cual Primaflor ha conquistado un nicho de mercado estratégico para los próximos años, ya que se estima que cada vez sean más los chinos que pertenezcan a un segmento con altos ingresos.

Pero no es el público asiático que vive en Europa el único fin de la estación, ni mucho menos. Primaflor investiga con la idea de satisfacer los gustos del consumidor también occidental y a partir de ahí innovar en sus productos.

A gusto del consumidor

Éste es el papel de su centro o campo de pruebas, que hace años se mantenía casi en secreto, pero que hoy día se abre al mundo (siendo conscientes de que no se le pueden poner puertas al campo y que si se camina muchos pasos por delante del resto de competidores, como así ocurre, no hay nada que temer). Por ello, en esta finca ya se reciben numerosas visitas a lo largo del año.

“En los inicios empezamos con una hectárea y ya vamos por tres”, describe Antonio Marhuenda, director técnico de Primaflor, “en los últimos cinco años la finca se ha convertido en un perfecto escaparate de cara a nuestros clientes, nos sirve de marketing y son habituales las visitas”.

En estas tres hectáreas de terreno cada semana se siembran alrededor de 300 variedades distintas de muy diversas verduras, que luego son objeto de estudio y de consiguientes mejoras.

Lechugas de todas las familias, escarolas, espinacas, acelgas, baby leaf, rúculas, canónigos, y por supuesto hortalizas chinas. Así hasta 50 cultivos variopintos que hacen de esta finca un laboratorio puntero, sobre todo, de hortalizas de hoja.

La IV gama gana terreno

Según observa Antonio Marhuenda, las tendencias actuales del mercado giran cada vez más en torno a la IV gama (productos cortados, lavados y envasados).

“Por eso, en nuestra finca buscamos variedades que se adapten por texturas y colores a la IV gama”, describe Marhuenda.

La tendencia dominante, arrastrada por los hábitos de consumo, es sustituir las variedades convencionales por aquellas que se adapten mejor a ser mezcladas en una bolsa de IV gama. Y en este segmento Primaflor lleva años conquistando el mercado.