La provincia suma en la actualidad casi 27.000 hectáreas de invernaderos. Una vasta superficie incontrolable para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que se ven desbordados por la ola constante de robos que sufre el campo, ahora si cabe más aguda por la crisis económica. Esta situación ha supuesto una oportunidad de negocio para el sector de la seguridad privada, al que acuden masivamente los agricultores buscando refugio.
Desde la Subdelegación del Gobierno no quieren dar datos sobre delitos y número de robos, al tratarse de una tema delicado y susceptible de crear alarma social, pero sí apuntan a que se producen numerosas detenciones y, sobre todo, animan al agricultor a que denuncie cada robo.
En este escenario, en el núcleo ejidense de Las Norias ha surgido la primera empresa privada que patrulla por las noches entre invernaderos, dando este servicio al agricultor. Tienen contratadas 1.000 hectáreas, pero su propietario insiste en que no quiere que aparezca en este periódico ni el nombre de su empresa ni el suyo aludiendo a que no desea que la competencia copie su trabajo, como en realidad ya está ocurriendo: “Fui el primero, pero ahora han aparecido tres o cuatro empresas más imitando lo que hacemos y poniendo unos precios muy agresivos”.
Se trata de captar a nuevos agricultores. Así, lo explica el presidente de la asociación de productores ‘Huerta de Europa’, de Adra: “Hace unos días en una finca de Balerma una empresa de Fuengirola me ofreció sus servicios, que consisten en que rondan el invernadero unas cinco o seis veces por la noche, y desde tu casa por internet puedes saber en qué lugar están en cada momento gracias al GPS”.
220 euros por hectárea
Entre las propias empresas que patrullan los caminos rurales por la noche se ha entablado una guerra de precios, aunque la tarifa más habitual que se oferta a los agricultores, potenciales clientes, está en torno a los 220 euros anuales por cada hectárea vigilada.
“Ahora se roba de forma desesperada y todo lo que se pilla, más hurtos que nunca”, según el presidente de ‘Huerta de Europa’.
Por otro lado, desde Coag, su secretario provincial, Andrés Góngora, critica que el agricultor tenga que pagar por la seguridad de sus explotaciones agrícolas: “Si pagamos impuestos, queremos que sean profesionales los que velen por nuestra seguridad”.
El papel de las empresas que patrullan con vehículos nocturnos es meramente disuasorio. Cuando encuentran algún sospechoso rondando el invernadero de algún cliente llaman a la Guardia Civil, que “acude en solo unos minutos, y gracias a nosotros hemos pillado y evitado robos”, comenta el empresario de Las Norias, que añade que “yo entré en esto porque en mi finca robaron catorce veces en ocho meses, así que pensé en crear mi propia empresa para tener seguridad”.
La zona con más hurtos
Tierras de Almería, un amplío y solitario paraje que separa El Ejido y Roquetas de Mar, y con escasa población, es uno de los lugares que sufre un mayor índice de robos, según las empresas de seguridad privada consultadas.
La naturaleza de los robos es amplísima. “Ahora está de moda”, describe con ironía Andrés Góngora, “robar vehículos agrarios para transportar droga, porque conocemos casos en los que aparecen esos camioncillos o furgonetas pocos días después, abandonados, y una vez se han usado para este trapicheo”.
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