Pandillas usan el ‘cable francés’ como trampolín de sus piruetas

Hace pocas semanas, LA VOZ denunciaba el peligroso uso que algunos bañistas hacían del ‘cable inglés’. Ahora el escenario protagonista de la noticia está a unos pocos cientos de metros, con el Club de Mar enmedio; se trata del ‘cable francés’, un embarcadero de instalación posterior al hoy monumento.
Desde el inicio de la temporada de baño, este lugar abandonado y cerrado al paso está siendo frecuentado por pandillas de jóvenes que lo usan de forma regular como lugar de juegos peligrosos y sobre todo, de trampolín sobre el mar. Los jóvenes acuden en pandillas ya formadas durante el invierno, procedentes de distintos barrios. Las hay de Villablanca, del Zapillo, de Huércal de Almería y de Roquetas de Mar. Se trata de jóvenes aficionados a la moda del Parkour, saltar obstáculos urbanos mediante acrobacias y piruetas.  Según algunos de ellos, ya hace mucho calor para ir besando el asfalto y estos mismos grupos han encontrado este vestigio industrial para sus piruetas, que siempre acaban en el refrescante mar.  Ayer mismo, a las tres de la tarde había una de estas pandillas, de los más jóvenes, de entre 14 y 16 años. Todos varones menos una chica, que contemplaba atónita la escena, los chavales metiéndose bajo la estructura de hormigón y metal para subirse hacia arriba.
- ¿Por qué no les dices algo, que es peligroso?
- Porque si lo digo, no me trae más.
Debe referirse a su novio.  “Lo dejamos para luego, cuando baje la marea”, afirma uno de estos chicos de Huércal de Almería. Se conocen entre ellos. Los de Roquetas de Mar son mayores y los del Zapillo, los más habituales. Aseguran que nunca nadie les ha llamado la atención y mucho menos los policías locales. Los jóvenes dejan pasar el tiempo, son las cinco y llegan los mayores. Les queda ahora solo mirar.