El último informe sobre convivencia escolar realizado por el Observatorio de la Consejería de Educación, y que se refiere al curso 2010/2011 pone de relieve que tan sólo un 4% de los alumnos presenta una conducta contraria a la convivencia y de ellos apenas la mitad (el 2% de la población escolrizada) cometió una falta gravemente perjudicial para la convivencia. Entre éstas se encuentra como principal incorrección la agresión física a un miembro de la comunidad educativa, las injurias y ofensas o el impedir el normal desarrollo de las actividades del centro. El acoso escolar se sitúa como última de las conductas graves registradas.
En cuanto a las medidas disciplinarias aplicadas, para las conductas perjudiciales ‘leves’ tales como la falta de colaboración “sistemática” en la realización de actividades o el dificultar el estudio de los compañeros, son frecuentes los apercibimientos por escrito, con el 42% de los casos, y las amonestaciones orales, con el 26%.
En cambio, las faltas graves se castigan en su mayoría con la expulsión del centro. “Del análisis de los datos extraídos del Sistema de Información Séneca, cabe destacar que el 79’5% de las medidas disciplinarias aplicadas a conductas gravemente perjudiciales para la convivencia se han concretado en la suspensión del derecho de asistencia al centro o a determinadas clases por un periodo comprendido entre 4 y 30 días”, señala el informe realizado por el Observatorio.
Mapa de la buena conducta
Desde la Consejería de Educación ya se anunció que fruto de los programas y medidas a los que se acogieran los centros educativos, el Observatorio está realizando un mapa positivo de la convivencia escolar. Además, destaca los premios recibidos por centros de Almería en materia de fomento de la paz y la convivencia como es el caso del CEIP La Venta del Viso, el CEIP Ginés Morata de la capital o el IES Mar Serena de Pulpí.
El informe también destaca la creciente utilización de los compromisos de convivencia, como refuerzo de la vinculación de las familias e implicación positiva de las mismas en la mejora de las conductas del alumnado. Así, durante el curso 2010-2011 los compromisos de convivencia correspondieron al 3,40 % de aplicación en los casos de correcciones a conductas contrarias a la convivencia.
La importancia de la implicación de la familia quedó patente en que una veintena de asociaciones de padres y madres de Almería recibió una subvención para la formación en conviviencia escolar.
También considera “destacable” la mediación escolar como estrategia para la resolución de conflictos originados por conductas contrarias a la convivencia. “Es un procedimiento muy adecuado para la resolución pacífica de conflictos, en el cual las personas mediadoras actúan como facilitadoras del proceso de comunicación y acuerdo entre las partes”. Finalmente, una práctica interesante en los centros educativos para la atención en casos específicos del alumnado que infringe las normas de convivencia es la tutoría compartida.
Aula de convivencia
En cambio, el uso de las Aulas de Convivencia, “no siendo una medida correctora”, supuso sólo el 7% de las medidas. Estas Aulas, “no siendo en sí mismas una medida correctora”, está descrita como recurso educativo y estrategia complementaria que
los centros utilizan para el tratamiento de algunas de estas conductas. En ellas, se favorece un proceso de reflexión por parte de cada alumno acerca del motivo de su presencia en ellas,
y se garantiza la realizaci
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