La cuesta de enero para el ciudadano de a pie se traslada al mes de septiembre para el agricultor de invernadero. Inmersa la economía en una crisis que toca a todos los segmentos, la agricultura intensiva bajo plástico arranca el ejercicio con un notable aumento de los costes de producción, en relación a septiembre del año pasado. De ahí que lo de ‘cuesta de septiembre’ sea una comparativa acertada. “Esto solo se solucionará si tenemos buenos precios este año”, dijo ayer el presidente de la patronal agraria, Francisco Vargas.
Asaja ha hecho números. Según datos de la Asociación de Jóvenes Agricultores, el aumento de la tarifa eléctrica, sumando ya el nuevo IVA, supone un 10% más de gastos de luz (principalmente para motores y automatismos diversos que hay dentro de una finca); similar es el porcentaje de subida (10%) del coste del agua; el plástico tiene un ascenso de precios del 1%; mientras que en semillas hay una escalada de 3 céntimos/unidad; y del mismo modo, los carburantes han subido 30 céntimos en los últimos meses.
Vargas afirmó que todo lo anterior supone en costes de producción para poner en marcha la nueva campaña entre 5.000 y 5.500 euros más de media por hectárea, respecto a hace un año.
En el apartado de las semillas, “las agricultores de calabacín y berenjena tienen que pagar unos 180 euros más por hectárea, y unos 360 euros más por las semillas de tomate, pimiento o pepino holandés”, enumeró Vargas.
Compra-venta de fincas
El presidente de Asaja-Almería apuntó también que este verano se ha registrado un importante movimiento en la compra-venta de fincas. “El perfil del comprador es el de una pareja de entre 35 y 50 años con hijos”, describió.
Junto a este perfil está, por otro lado, el de empresarios agrícolas que se unen para ganar dimensión.
Si la media en Almería de una explotación agrícola está en 2,2 hectáreas, estos productores que compran tierras poseen unas 4 hectáreas de media.
Sin padre ni madre
Por último, Vargas lamentó que el productor de invernadero “está huérfano de padre y de madre”, por la falta de incentivos y ayudas públicas. “Los agricultores estamos más solos que nunca”, dijo.
Vargas recordó que en 2012 se ha paralizado el plan de modernización de fincas, y “ya no hay ayudas a los seguros agrarios”.
Asaja pide que no se pague a las plantas de reciclaje que queman los desechos
“Las llamas no son la fórmula de gestionar los restos vegetales”, apuntaló Francisco Vargas, refiriéndose a los periódicos incendios que arrasan verano tras verano las distintas plantas de reciclaje de desechos agrícolas que hay en la provincia. Por este motivo, el presidente de la patronal señaló que “Asaja no está de acuerdo en pagar a quien no gestiona”. En este sentido, dijo que las empresas que sacan un beneficio económico por tener plantas de tratamiento (y luego sufren un incendio) en lugar de cobrar por gestionar esa materia prima deberían de pagar por tenerla a su disposición.
El presidente de la patronal añadió que tampoco está de acuerdo con pagos de tasas municipales ni sistemas de pago integrales. Vargas señaló que su organización agraria está harta de los ‘pelotazos’ que las empresas quieren dar con este asunto.
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