Fue un accidente mortal, ocurrido en 1981, el que movió a los vecinos de Pescadería a solicitar que se construyera una pasarela que comunicara el barrio con el Puerto, antes de que existiera el paso de peatones previo a la rotonda de entrada en la ciudad. Y es el miedo a que ocurra otro accidente mortal el que les hace ahora insistir en la necesidad de que la infraestructura sea derruida o arreglada, ya que su estado “supone un auténtico peligro” para el barrio.
De hecho, el paso está cerrado por unas vallas que, sin embargo, son sorteadas por grupos de jóvenes o vecinos que utilizan el puente para colocar pancartas de protesta o con avisos públicos o privados. “Y es que las vallas de las obras son más seguras que éstas”, comenta Laura Rodríguez-Carretero, portavoz de UPyD en Almería. El partido político se ha implicado en la petición de los vecinos y se ha reunido con las distintas instituciones para intentar solucionar el problema.
“Hablamos primero con el Ayuntamiento, que nos dijo que dependía de Fomento, y después con Fomento, que simplemente lo pintó”, recuerda la portavoz. Una medida que no solucionó el peligro de la pasarela y que, tras las insistencias de UPyD Almería, llevó a la dirección de Carreteras a impedir el paso hace ya casi dos años.
A pesar del cierre, el deterioro que continúa sufriendo la estructura y la certeza de que no existe un control que evite que haya quien se aventure a subir los rotos peldaños hace temer que pueda llegar una desgracia. “Su proximidad al mar ha dejado mella en la pasarela y aparece con las columnas reventadas y las estructuras de hierro carcomidas. A esto se suman la falta de barrotes en algunos tramos, la huella de los escalones destrozados...”, describe UPyD.
Meses de silencio
Los vecinos mantienen que no sólo se ha dejado de utilizar desde que se cerraron la entrada y la salida, sino que realmente nunca ha sido realmente un paso necesario, ya que la existencia de un semáforo resuelve el nudo. “Ya antes de que lo cerraran era de las infraestructuras menos usadas del mundo”, mantiene la portavoz de UPyD. Entre otras cuestiones, “porque no es accesible, nunca ha tenido ninguna rampa”. Por ello, se considera que lo más lógico sería retirar la pasarela definitivamente.
Carreteras alega que para hacerlo, necesita que el Ayuntamiento le haga llegar una petición formal. Y es en este punto donde la indignación de los usuarios se multiplica: “Sólo hace falta firmar un papel, y el problema se solucionaría”.
Laura Rodríguez Carretero afirma que su partido ha solicitado al Ayuntamiento en diversas ocasiones que remita la petición pero no ha recibido respuesta. UPyD conserva la última de ellas, una pregunta enviada al pleno ordinario del pasado 7 de junio. “Hace dos años que el puente de Pescadería se encuentra cerrado por orden de la demarcación de carreteras; los pilares se encuentran vivamente deteriorados por la acción del mar y es una obra que estéticamente no aporta nada positivo a la ciudad”, decía entonces la edil antes de inquirir al concejal responsable “¿cuándo tiene previsto solicitar a Carreteras su demolición?”. El partido no ha recibido aún respuesta.
Mientras tanto, la pasarela continúa utilizándose como tablón de anuncios o soporte de reivindicaciones, ante el temor que mantienen los vecinos de que ocurra un accidente.
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