Los alumnos de islam superan a los de religión católica en algunos centros

A pocos días de que la comunidad musulmana celebre una de sus fiestas más importantes, la Fiesta del Sacrificio o del Cordero, Mustapha Saoud se dispone a explicar a sus alumnos de primero de religión islámica el sentido de la celebración. “¿Quién sabe dónde está este edificio?”, pregunta a los pequeños mientras muestra una fotografía de la Kaaba, el edificio de piedra hacia el que oran los musulmanes cinco veces al día y que fue construido por Abraham y su hijo Ismael. “En la Meca, profe”.
Hablan en una mezcla entre marroquí y español; ya que los estudiantes de hoy son de origen norteafricano; sin embargo, Mustapha cuenta que tiene también españoles, cuyos padres se han convertido al islam, o de otros países africanos que no hablan árabe. La fecha, en la pizarra, está escrita en ambos idiomas, para que vayan haciéndose con la escritura del árabe clásico, que no saben los estudiantes, y también según los calendarios solar y lunar.  
En el primer curso de Educación Primaria del colegio Ave María del Diezmo, en Los Molinos, la clase está formada por diez estudantes, el número mínimo de alumnos que exige la ley para contratar profesor; pero el total de estudiantes de religión islámica de este centro “supera ya a los de religión católica”. “El 70% de los niños del Ave María del Diezmo son de origen extranjero”, comenta Saoud, lo que explica los datos.
“La demanda de clases de religión islámica ha crecido mucho”, confirma el representante de los profesores de religión en el sindicato CSIF, “y es posible que en algunos barrios haya centros en los que superen a los de católica”. Por eso, se felicita de que el Ministerio de Educación, del que dependen directamente los docentes, haya ampliado las horas de trabajo de los profesores. Gracias a eso, Mustapha Saoud tiene ya un horario completo y visita tres centros a la semana: los lunes y viernes da clase en Los Molinos, los martes y miércoles en Campohermoso y los jueves en El Puche. Antes de estos, él ya había atendido colegios en la zona del Poniente durante los tres años que lleva de profesor.
“¿Que cómo es la relación con los profesores de católica? Estupenda”, contesta sin pensar. De hecho, cuenta que ha llegado a impartir una clase común en un colegio de El Ejido. Sobre su compañera en el Ave María del Diezmo sólo tiene palabras de agradecimiento. Durante la clase, ella está en el aula contigua, impartiendo su asignatura a otra decena de pequeños. Quizá esté incluso explicando la misma historia sobre Abraham, que por obediencia a Dios estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo Ismael y es el padre de la fe para ambas religiones.

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