Tragedia en el Mar de Alborán

En el año 2003 las playas gaditanas de Rota vivieron el peor naufragio de una patera en las costas andaluzas. La miseria de la inmigración clandestina arrebató la vida a 37 personas y dejó en el aire incógnitas todavía sin solución definitiva como la lucha contra las mafias, la cooperación al desarrollo o los acuerdos bilaterales. La efeméride cumplió ayer nueve años y una macabra reedición.

Efectivos de Salvamento Marítimo de Almería rescataron a las tres de la tarde una embarcación con 31 subsaharianos, 14 de ellos ya fallecidos (3 mujeres). Los cadáveres se mezclaban en la barca con unos supervivientes exhaustos, atemorizados y agarrotados por la hipotermia tras varios días perdidos en el Mar de Alborán, en una escena que se repite periódicamente en estas aguas. 

La patera había partido 36 ahoras antes de un punto indeterminado de la costa de Marruecos. Un aviso anónimo de un familiar  activó las alarmas ante la falta de noticias y dio una cifra que recorre como un escalofrío la columna vertebral de las instituciones implicadas en el rescate. A bordo viajaban 71 personas y sólo se conoce el destino de 31.

La búsqueda contrarreloj aportó recursos de Salvamento Marítimo, Guardia Civil (patrullera Río Miño) y la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), además de dos patrulleras marroquíes. En torno a la una de la madrugada del miércoles al jueves, un avión avistó una embarcación frente a las costas de Nerja (Málaga). Sin embargo, la nave se perdió en la oscuridad de la noche arrastrada hacia el sur por el temporal que azotó Alborán en las últimas horas.

El bote no fue descubierto nuevamente hasta la tarde de ayer, a unos 30 kilómetros de la ciudad marroquí de Alhucemas. Cuando llegó la‘Salvamar Hamal’ sólo había 17 supervivientes, uno de ellos en estado crítico, y una embarcación prácticamente hundida, con algunos cuerpos ya en el agua.

Según informó Salvamento Marítimo, un avión continúo la búsqueda de los desaparecidos durante toda la tarde. Mientras, una lancha rápida de la Guardia Civil llevó hasta Alhucemas al joven subsahariano en estado más grave. El resto subió a la ‘salvamar’ y tomó rumbo a Motril, donde se esperaba su llegada a medianoche. A bordo, también los cadáveres.