El actual presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Roquetas de Mar (ACER), Jesús Suárez, y su tesorero, Guillermo Rubí, presentarán formalmente su dimisión mañana en una asamblea fijada para las nueve de la noche. “No se trata de nada personal sino que la decisión responde a un proceso normal. El hecho de hacerlo así, mediante la dimisión, es para acelerar el proceso ya que entendemos que, cuanto antes se renueve la junta directiva, mejor para preparar las próximas actividades”, explicaba a LA VOZ Suárez.
El balance que el actual presidente hace es positivo. “Creo que hemos hecho un buen trabajo, hemos dejado la asociación mejor de como estaba cuando entramos. Ahora se realizan el doble de actividades por año. Antes era prácticamente el ‘Mercado de saldos’ y ahora se hacen cosas en Halloween, una feria del mediodía, un mercado navideño… todo para reactivar el comercio. Económicamente, la asociación también está mejor que cuando entramos”.
Dificultades
Pese a la buena gestión, la asociación no es ajena a la crisis económica y lleva con dificultades desde hace tiempo. “Las cuotas de los asociados no dan para cubrir los gastos y las subvenciones que recibíamos del Ayuntamiento y de la Junta, ya no las dan. Eso hizo que tuviésemos que recortar gastos, como el sueldo de una persona que estaba en la oficina. Ahora, al no estar, hay menos control en el pago de los socios y hay muchos que no pagan la cuota, aunque mi opinión es que eso debería ser responsabilidad de los propios socios, no de alguien que tenga que estar llamándoles. De cualquier forma, la situación económica actual es mejor que cuando entramos, se debe menos, muy poco, y se tiene la capacidad de pagarlo”.
Desgaste
Ser presidente de ACER “tiene mucho desgaste. Además, todo el mundo tiene derecho a participar. Nosotros entendemos que la gente debe aportar nuevas ideas, eso es sano. No debe haber, bajo mi punto de vista, gente que esté mucho tiempo en un cargo”. Además, Suárez aclara que también le gustaría dedicar más tiempo a su trabajo de comercial y que, muchas veces, “no podíamos dedicarle todo el tiempo que se necesitaba, por eso hay que renovarse”.
En cuanto al futuro, Suárez es optimista. “Lo veo bien. Se necesita mucho trabajo. Además, el presidente no tiene sueldo. Es más, te cuesta el dinero porque empleas tus recursos, tu teléfono, tu coche, tu tiempo… aunque se hace con gusto”, finaliza.
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