Aquella mañana soleada del mes de junio, la plaza quedó prácticamente desierta. Los ancianos regresaron al interior de la residencia Nicolás Salmerón, con las puertas cerradas y las cortinas corridas, y el desconcierto se apoderó de un pueblo conmocionado por la tragedia. Alhama de Almería vivía uno de sus episodios más negros.
El 14 de junio de 2007 cuatro ancianos asistidos en las instalaciones para enfermos de Alzheimer confundieron salfumán diluido con una simple botella de agua mineral. Se sirvieron y sufrieron una gravísima intoxicación que acabó con la vida de dos de ellos, M. M. L. de 75 años y J. Q. L. de 90, y mandó a otros dos al hospital. Cinco años después, el Juzgado de lo Penal número Tres de Almería sentó ayer a la directora del centro y a una empleada de la limpieza acusadas de dos homicidios por imprudencia y dos delitos de lesiones.
En la vista celebrada en la Ciudad de la Justicia de Almería las posturas estuvieron claras desde el principio. Y ambas eran coincidentes. La tesis de una intoxicación accidental, a medio camino entre la imprudencia y la mala suerte, fue suficiente para encontrar el punto de conexión entre las acusaciones y las defensas y pactar el resultado.
Las acusadas M. P. M. y C. A. A. “olvidaron” durante las labores de limpieza en un baño el salfumán, almacenado en una botella de una conocida marca de agua mineral. Ayer reconocieron los hechos y aceptaron el acuerdo redactado por los letrados y la Fiscalía en el Penal número Tres de Almería.
Atenuantes
Leída la sentencia en la propia sala por la magistrada, las condenas quedan reducidas a poco más que una multa. M. P. M. y C. A. A. son castigadas a seis meses de prisión cada una por dos homicidios imprudentes, aunque las partes acordaron sustituir la pena privativa de libertad con una multa de 540 euros. Además, las lesiones a los otros dos ancianos afectados por la intoxicación se resuelven como una falta y también con una multa.
Pero, ¿qué criterios se han aplicado para reducir la petición de tres años y medio de cárcel inicial? Según explicó el fiscal José María López Cervilla, se aplicarán las atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del año, además del reconocimiento por parte de las imputadas. En este sentido, la aseguradora pagará las responsabilidades civiles, fijadas en 76.000 euros para la familia de J. Q. y en 60.000 euros para los herederos de M. M. L., así como unas cantidades más modestas para los otros dos ancianos implicados.
Una botella de salfuman
El suceso se produjo el 14 de junio de 2007 cuando cuatro ancianos tomaron unos tragos de una botella de agua que en realidad era ‘agua fuerte’. El bote estaba en un cuarto de baño y el líquido se había usado para la limpieza de las instalaciones (rebajado con agua). Las acusadas acudieron a un aviso en otra zona de las dependencias y una tercera trabajadora cambió la ubicación de la botella de la que se sirvieron varios vasos, según el escrito de acusación fiscal estimado hoy por conformidad. La primera de las víctimas falleció en sólo unas horas, mientras J. Q. perdió la vida aproximadamente un mes de después. Un tercer anciano afectado murió meses después, aunque el fiscal no lo vincula a los hechos narrados.
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