Álvaro Morillas, vive en Melbourne: “Los españoles nos ayudamos unos a otros, nos llaman los ‘melbourñoles”

Marta Rubí
21:47 • 26 ene. 2013

Vivir en las antípodas ya no es lo que era. Teniendo en cuenta la diferencia horaria, en pocas horas se puede concertar una entrevista por whatsapp y cumplir la amenaza que los amigos de Álvaro Morillas le hicieron en su despedida antes de volar a Australia: “Me dijeron que llamarían a ‘Almerienses por el mundo’ para que saliera en el periódico. Yo lo tomé un poco a broma, pero veo que se acordaron y en una fecha muy señalada”, comenta agradecido.

Lo han hecho precisamente en su 30 cumpleaños (que celebró ayer con una paella) y justo un año después de que Melbourne apareciera en su mapa vital. “Un amigo me llamó para felicitarme por mi cumpleaños y me comentó que tenía intención de ir a Australia, a partir de ahí empecé a buscar información y, finalmente, tomé la decisión de venir”. El primer objetivo era perfeccionar el inglés, pero, tras comprobar “las oportunidades laborales que tiene este país”, Álvaro quiere pedir un visado de trabajo que Australia concede a ciertos perfiles profesionales de los que el país tiene carencia, “entre ellos Ingeniería Civil”.

Los planes de ampliar su estancia demuestran que el almeriense está bastante adaptado, a pesar de que reconoce que el principio no fue fácil: “El clima me influyó mucho... estamos “mal acostumbrados” en Almería...” Para ayudarle en su nueva vida tuvo el apoyo de los españoles en Melbourne. “La comunidad española es pequeña pero va aumentando poco a poco. En teoría hay unos 4.000 españoles en Melbourne y hay un grupo de Facebook en donde se organizan actividades, quedadas y nos ayudamos los unos a los otros en lo que haga falta. Nos autollamanos “Melbourñoles”, cuenta.

También cuenta con familiares de su madre en el país, “lo que influyó en que me viniera aquí”. De todas maneras, y a pesar de la tecnología, tener la familia a 15.000 kilómetros “es duro”. “Sigo más o menos la actualidad, gracias a la prensa digital y lo que me van contando familiares y amigos. Pienso que es bueno mantenerse informado de lo que está pasando en tu cuidad y país”, declara. Eso sí, sus padres acudieron el pasado octubre a visitarlo; “estuvieron tres semanas y quedaron encantados con Melbourne”.

Según la describe Álvaro, “es una ciudad tipo europea -mientras que Sydney es más americana- y de una gran su extensión: ¡Melbourne es más grande que Londres!”. Entre las cosas que más le han sorprendido al llegar cita la “multiculturalidad” de la sociedad australiana. “Aquí se puede encontrar gente, actividades y gastronomía de todo el mundo y todos ellos conviven sin problema alguno, con máximo respeto”, explica.

Otra de las ‘curiosidades’ que le ha tocado vivir en este año es una Navidad veraniega. “Sorprende ver decoración navideña y gente vistiendo ropa de verano y pensando en ir a la playa o hacer barbacoa. Al hacer buen tiempo, es típico aquí, los días previos a Navidad, que la gente asista a conciertos navideños para cantar villancicos mientras que hacen picnic”.

Amantes del deporte


Además de asistir a clase de inglés, el ingeniero de Caminos trabaja en ‘casual jobs’ “para ir manteniéndome”. Además, cuenta que Melbourne es famosa por sus cafeterías, restaurantes y pubs, “y los fines de semana aprovecho para dar una vuelta”. Por su parte, “los australianos son gente que practican mucho deporte, principalmente rugby y footy (fútbol australiano), y trambién cricket y fútbol”. El almeriense subraya además como factor positivo del país “su gente”. Lo que más le cuesta en cambio es adaptarse “a la hora de cenar, que es alas 18.30 horas”. Sin embargo, confiesa que no hay “ningún aspecto” al que cree que no pued acostumbrarse. “¿Qué me llevaría de vuelta a España, además de koalas y canguros? Me traería la tasa de desempleo de Australia, que no llega al 6%”, dice. Las comparaciones son odiosas.







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