La crisis dispara la venta de oro en Almería hasta 20 kilos por semana

El diente de oro del abuelo almeriense o los pendientes grabados con las iniciales de la tía rica pueden acabar fundidos en un lingote y guardado en una caja acorazada londinense o en una multinacional con sede en Zurich.
El alza del precio del oro (ay si Rodalquilar levantara la cabeza) inversamente proporcional a la carestía doméstica de los almerienses ha provocado que crezcan como la espuma las ventas del preciado metal en casas de empeños y comercios especializados. En la provincia operan ya cerca de una treintena de casas de compras y operadores particulares que, según la estimación realizada por la central de compras Orocash, adquieren una media de 600 gramos semanales.
Supone, por tanto que de Almería salgan, en ese plazo, una media de veinte kilos a la semana de oro, entregados por familias desesperadas, en apuros económicos o que, simplemente, han perdido el interés por unas piezas que en la mayoría de las ocasiones tienen un origen hereditario. Lo explica el encargado de uno de los comercios del centro de la capital:  “un anillo o una pulsera de oro de 18 kilates da para comprar muchas docenas de huevos”.
Fundidoras valencianas
Uno de los responsables de Orocash, Javier, con sede en Granada y tres tiendas en la capital almeriense, indica que una gran parte del oro almeriense sigue la ruta de Valencia, a través de grandes fundidoras como Orodirect, y después pasan a manos de grandes multinacionales como Vesubius o bancos como HBSC que las  ponen en cotización en la bolsa de la city londinense, el gran mercado mundial del dorado metal.
Según este profesional del sector “Almería es una plaza que funciona muy bien dentro de las 150 tiendas que tiene la compañía en régimen de franquicia repartidas por toda España”.
Sin embargo, con respecto a mediados del año pasado, el precio ha bajado y ahora se está estabilizando en torno a unos 25 euros el gramo. Hace unos cuatro años fue cuando el precio se revolucionó subiendo un 300% y empezaron a llenarse las calles de establecimiento de compra de oro. El oro es valor refugio y sube de precio cuando peor va la economía.
Quick Gold, es una empresa valenciana, con franquicia en Almería. Una de sus vendedoras, Irene, señala que lo que más se venden son anillos, pulseras, pero también monedas y hasta algún lingote. También adquieren teléfonos móviles y coches. “La gente está desesperada y vende lo que sea en esta época en que lo principal es sobrevivir” -señala.