El Centro de Transfusión Sanguínea vuelve a la Universidad de Almería donde cada año “contagia” el espíritu de la donación a más de 150 jóvenes sanos. Así lo entiende el responsable del centro almeriense, el hematólogo, Arif Laarej, que ve en el campus de La Cañada la principal “cantera” de donantes.
“Queremos que los jóvenes, que son el futuro, sean donantes”, insiste Laarej que confía en que la campaña de este año, que comenzaba ayer y termina hoy en la UAL, supere las cifras obtenidas en 2012. El año pasado fueron 247 los donantes repetidores (aquellos que ya habían donado al menos una vez) los que acudieron al llamamiento del Centro de Transfusión. Además, 155 universitarios acudieron por vez primera a donar sangre. “Como curiosidad de éstos más de la mitad fueron mujeres”, señala este hematólogo que ve en la Universidad un claro reflejo de la sociedad almeriense.
Una de los “nuevos” donantes es Ana Belén Pérez Sánchez. Tiene 18 años y estudia Relaciones Laborales. Ayer fue convencida por su hermana, estudiante de Enfermería en la UAL para donar sangre por primera vez. “Es mejor de lo que pensaba”, reconocía esta joven que pasó a la camilla de donación sin apenas esperar y poco después de haber tenido una pequeña entrevista con uno de los dos médicos desplazados hasta el campus.
Y es que todos los donantes pasan primero por un pequeño cuestionario en el que el médico dilucida si son o no aptos para donar. En principio, basta con tener 18 años y pesar más de 50 kilos. No obstante, conviene saber si se han pasado determinadas enfermedades.
Junto a Ana Belén Pérez, Cristóbal Murillo, de 31 años y vecino de Alhama, es donante “habitual” y ayer volvía a una cita que empieza a ser periódica en el Aulario II de La Cañada. Estudiante de Filología Hispánica reconoce que donar no cuesta apenas tiempo y no resulta molesto.
Quien repetía también experiencia es Ana Belén Carpez Oliver, de 24 años y estudiante de Psicopedagogía que, como donante habitual, recibió un SMS con el horario y el lugar en el que se iba a celebrar la campaña de donación. Ella, por su parte, intentó “convencer” a otros compañeros de la importancia de donar. No tuvo éxito, reconocía.
Cincuenta en una hora
Aún así, en menos de una hora fueron más de medio centenar los que pasaron por el vestíbulo del Aulario II. A lo largo del día de hoy, desde las diez de la mañana y hasta las dos, y también en horario de tarde, los equipos sanitarios del Centro de Transfusión Sanguínea atenderán a quienes quieran acercarse a la donación de sangre. Un acto “sencillo” y “rápido”, según Laarej, que insiste en reforzar los equipos humanos para que ningún donante tenga que esperar mucho rato.
“Un donante que espera es un donante que se pierde”, asegura. Por este motivo, ayer y hoy fueron ocho los enfermeros que acudieron a la UAL con tres médicos, dos celadores y un técnico de promoción de la donación.
Almería necesita para autoabastecerse una media de sesenta donaciones diarias y, hoy por hoy, no tiene que apelar a ningún llamamiento especial porque los almerienses son solidarios. Además, los centros trabajan en red para toda Andalucía.
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