La Policía Nacional ha recibido en dos años tres denuncias por ciberacoso

La Policía Nacional ha recibido en dos años tres denuncias por ciberacoso

Carmen López
18:07 • 18 mar. 2013

La Policía Nacional de Almería ha recibido entre 2011 y lo que ha transcurrido ya de 2013 tres denuncias por ciberacoso -también llamado cyberbullying-: una en 2011 y dos en 2012. Según fuentes de la Policía, se trata de denuncias interpuestas por “amenazas, insultos y vejaciones” entre niños de 12 a 15 años, que utilizan mayoritariamente la red Tuenti como los autores del acoso.


En todos los casos acosador o acosadora y acosado o acosada, se conocían y los tres casos están “esclarecidos y se pusieron en manos de la Fiscalía de menores”.


Menos de ‘chico a chico’
Según las mismas fuentes, lo más frecuente es que estas situaciones se den de chico a chica y de chica a chica; son mucho menos frecuentes en general los casos de ciberacoso entre chicos.




La llegada de las redes sociales a la vida diaria de los menores ha supuesto ventajas, pero también inconvenientes y problemas. Uno de los más frecuentes es precisamente el del ciberacoso. Se trata de acoso entre iguales, algo que siempre ha existido, pero que desde hace unos años se ha llevado a cabo a través de medios telemáticos como Internet, teléfonos móviles, smartphones e, incluso, vídeojuegos.


Redes sociales, móvil y chat
Según las numerosas guías consultadas que existen actualmente dirigidas a padres y educadores, tanto el acosador, como la víctima, suelen ser personas de la misma o similar edad. “Por norma general, viene asociado con amenazas, insultos, vejaciones o a la creación de perfiles en redes sociales suplantando la identidad de la víctima y asociándola a contenidos vejatorios; también se lleva a cabo con el etiquetado de fotografías de otras personas o cosas con intención ofensiva hacia la víctima.




Para que se considere ciberacoso, han de cumplirse una serie de características. La primera de ellas, que la situación se dilate en el tiempo, que no haya elementos de índole sexual -en cuyo caso estaríamos ante ‘grooming’-, que las edades de las víctimas y acosadores sean similares y que se lleve a cabo a través de medios telemáticos.
Es precisamente el uso de estos medios lo que hace que se expanda el acoso, en muchas ocasiones amparados por el anonimato o engaño sobre la identidad real del acosador o acosadora.


El ciberacoso se manifiesta de maneras muy diferentes. Se puede producir con el envío repetido de mensajes ofensivos e insultantes, incluso amenazantes; también a través de los chat, propagando rumores o cotilleos crueles para hacer daño a la víctima o utilizando su imagen en material digital que se propaga por la red para ridiculizar y dañar al objetivo en cuestión.




El papel de los padres y educadores en la detección de estas situaciones es importantísimo y hay que proceder a interponer la correspondiente denuncia.



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