San Agustín pedirá al Obispado un aval para reformar la Iglesia

“Tenemos al pueblo un poco cansado de tanto atosigarlo a comidas benéficas, loterías,...  para recaudar fondos, y luego los vecinos no ven que se esté haciendo nada. Mucha gente empieza a pensar que no vamos a arreglar la Iglesia nunca, por eso hemos decidido pedir la ayuda del Obispado”, palabras de Mari Ruiz, presidenta la Plataforma para el arreglo de la Iglesia de San Agustín a Cadena SER El Ejido.

Llevan casi cuatro años recaudando dinero para poder arreglar  el templo, cuyo prinpal problema es que uno de los materiales que contiene el techo es la uralita “lo que provoca un calor sofocante en verano” , y una segunda necesidad es el cambio de la instalación eléctrica “a la que  no se puede conectar nada”. Por las características de la obra es imposible hacerla por partes, por eso la Plataforma necesita todo “el dinero de golpe”. Una cantidad que ronda los 100.000 euros, de los cuales ya cuentan con “algo más de la mitad”. Pero sigue siendo insuficiente y “viendo que la gente comienza a mostrar cierta incredulidad a que la obra se realice” la plataforma, guiada por “el Padre Santiago, nuestro nuevo párroco, hemos decidido acudir al Obispado para que nos ayude a la hora de pedir el crédito que necesitamos con el resto del dinero”.

En mayo
Para ello ya han solicitado diferentes presupuestos con la finalidad de tener concretado todo el gasto de la obra que “también incluye un falso techo que el Obispado quiere que sea de madera”.

Una vez tengan toda la documentación, explica Mari Ruiz, “acudiremos, creemos que para principios de mayo, al Obispado  para proponerles que nos ayuden con el crédito. Sabemos que se ha hecho con otras Iglesias de la provincia y esperamos poder contar con su apoyo”.

La Plataforma tiene claro que “si conseguimos que nos lo apruebe, comenzaremos las obras de inmediato y luego el pueblo seguiría haciendo diferentes actuaciones para recaudar el dinero que nos queda, pero así, por lo menos, la obra ya estará hecha y la gente verá, efectivamente, que es una realidad porque los vecinos están un poco dudosos, y claro empiezan a colaborar menos, algo normal teniendo en cuenta que llevamos cuatro años con este asunto”.

Mari Ruiz, que lleva capitaneando este solidario proyecto desde el primer día, dice que “ahora empiezo a ver un poquito de luz en el camino. Estamos supeditados a lo que nos diga el Obispado, pero tenemos muchas esperanzas porque es una reforma muy necesaria para el pueblo. No queremos cosas superficiales, es una obra que es imprescindible desde hace mucho tiempo”.