El socialismo de la capital vivió ayer otra noche de las que hacen historia en la agrupación más numerosa del PSOE de Almería. La presentación de cuatro candidaturas provocó una participación numerosa en la asamblea extraordinaria convocada para cubrir el vacío de poder que motivó la dimisión de la exsecretaria general, Pepa Requena.
De nuevo, a los 16 meses de otra asamblea en la que también hubo cuatro aspirantes al cargo, las familias volvieron a movilizarse hasta el último minuto para conseguir el ansiado voto.
Joaquín Jiménez, uno de los 835 militantes del PSOE de la capital que ha estado en el centro de muchas miradas, quiso alejarse de la contienda y quizá, por ese papel neutral, fue elegido presidente de la mesa de la asamblea, donde también estaban María del Carmen de la Paz Huélamo, Manuel Jesús Herrada e Ignacio Ortega.
La tarea para ellos no fue fácil. No se recuerda en mucho tiempo tanta afluencia de militantes. Ni tantos nombres acumulados en las cuatro listas. Nada menos que 101 nombres formaban parte de las candidaturas. Fue tan extensa la lectura de cada una de las listas que Jiménez, portavoz del Grupo Municipal Socialista, empleó seis minutos en dar a conocer todos los integrantes de las candidaturas. “¿Falta alguien?”, fue la pregunta que no se escuchó y que muchos interiorizaron.
Mientras la mesa daba curso a la asamblea, con intervenciones limitadas de 15 minutos para cada aspirante, el hall del Hotel Tryp Indalo, donde se celebraba el cónclave, era un ir y venir de militantes. Algunos llegaron desde Sevilla. O ni siquiera fueron ayer a la capital andaluza. Son los casos de los directores generales José Antonio Amate Fortes y José Antonio Salinas; el exconsejero Manuel Recio y la directora-gerente de la Agencia de Defensa de la Competencia, María Victoria Román.
Hubo rezagados como Pepa Requena o Juan Carlos Usero, exlíderes locales, y caras históricas como las de Pedro Molina, Pepe Guerrero, Charín Gurriarán o Martirio Tesoro, que conversaba mientras se votaba con su hija, Sonia Ferrer.
No podía faltar uno de los puntales de Francisco Giménez, la ahora parlamentaria Adela Segura; ni el responsable de la Ejecutiva encomendado para el buen orden de la asamblea, Juan Carlos Pérez Navas, ni los concejales, aunque de ellos solo Mari Carmen Núñez dio el paso de formar parte de una lista, en este caso la de Fernando Martínez. También estaba Clara Inés Rodríguez, con Ruano, pero se sabía de antemano que esta lista tenía pocas posibilidades de triunfo. Otros ediles han pregonado que ésta aún no era su batalla.
Y puede ser cierto. Quedan, a buen seguro, más batallas internas. Es como si la confrontación de nombres formara parte del ADN de la Agrupación Municipal. “Pues imaginaros cómo sería una asamblea de estas también con simpatizantes. No acabamos ni a la hora de los churros”, se escuchó decir en los pasillos del hotel. Ya habrá tiempo para las primarias.
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