Los trabajadores del Centro Astronómico Hispano-Alemán, más conocido como Observatorio de Calar Alto, mantuvieron ayer una reunión con el nuevo responsable, José María Quintana González, a quien le entregaron una carta en la que exponen sus exigencias, reivindicaciones, peticiones y propuestas, “para que el resultado final sea el mejor para el centro, para el entorno social y económico que lo acoge y para su comunidad científica de usuarios y la ciencia que producen”.
En ella solicitan la dimisión del presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, así como más “transparencia” en la gestión del centro para determinar “la situación real”.
“Desacuerdo absoluto”
En dicha carta manifiestan el “profundo descontento” de la plantilla con la crisis en la que se ha sumido el observatorio, su disconformidad “con el modo desafortunado en que se está desarrollando el proceso” y su “desacuerdo absoluto” con los términos en los que el Centro de Investigaciones Científicas (CSIC) y Max Planck han acordado “el empeoramiento” de las condiciones pactadas para 2014-2018. “Con ello ponen en peligro muy serio la instalación, los proyectos científicos que dependen de ella y a todos los trabajadores que la mantienen y operan”, señalan en la carta.
Los trabajadores denuncian la “falta de información” durante los últimos meses de esta particular crisis del centro astronómico. El personal exige disponer de información fiable y contrastada acerca de la remuneración pactada ahora para el nuevo director. También piden “acceso inmediato y directo” a toda la documentación legal referente a los convenios entre CSIC y Max Planck, a los acuerdos originales y sus sucesivas adendas; así como a “datos fiables, contrastables y claros” sobre los presupuestos asignados cada año al observatorio, qué aportaciones proceden de los socios y cuáles corresponden a fondos presentes en las arcas del centro procedentes de ejercicios anteriores”. Los empleados también hablan en la misiva “del tratamiento sesgado y poco profesional” de las notas de prensa del CSIC acerca de la situación de Calar Alto.
“Empeoramiento drástico”
CSIC y el socio alemán “pactaron en mayo pasado un empeoramiento drástico de las condiciones especificadas en la adenda preexistente. Este empeoramiento presenta, desde el punto de vista del contenido, aspectos que el personal de Calar Alto solo puede rechazar”, apuntan los trabajadores en la misiva entregada ayer. En ella también dejan claro que el presupuesto destinado para cada ejercicio, 1,6 millones, es una “cantidad clarísimamente insuficiente para garantizar las operaciones del centro astronómico.
La nueva adenda se ha firmado, según los trabajadores, ignorando “por completo” la posibilidad de incorporar a la gestión del centro a otras entidades y con falta imaginación, al no considerar posibles ampliaciones del área de negocio.
“Se ha elaborado sin tener en cuenta la posición del centro de referencia, el Instituto de Astrofísica de Andalucía, ni al propio personal del observatorio (...), causando un daño enorme, quizá irreparable, a la imagen internacional de España como socio científico fiable”, afirman en el escrito.
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