Julio Galera: “Dijo que nos tenía un regalo”

El juicio con jurado popular por el denominado Crimen de Fines encara su recta final. Ayer declararon en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Almería los forenses y el padre, el hermano y dos amigas íntimas de Rosa Galera. Fue la sesión más emotiva en una semana de juicio y, probablemente, decisiva para clarificar las responsabilidades del principal acusado de la muerte, Óscar Perales.

El peso de las acusaciones (cinco incluyendo a la Fiscalía) se vuelca sobre el grado de consciencia del imputado y la presunta preparación del crimen, elementos que permitirían sostener una condena por asesinato   (más severa que el homicidio). Por eso, entienden, el relato de la familia es tan relevante. Julio Galera, padre de Rosa, aseguró ante el tribunal que Óscar Perales le amenazó días antes de la muerte. “Dijo que nos tenía un regalito”, afirmó.

En el mismo sentido se pronunciaron dos amigas muy cercanas a la fallecida. Según su testimonio, la joven temía por su integridad. “No dijo que tenía miedo de que su marido la matara”.

Las acusaciones entienden que las amenazas previas, unidas a las características del crimen, son suficientes para acreditar la existencia de una planificación de la agresión que acabó con la vida de Rosa Galera en un polígono industrial de Fines el 30 de mayo de 2011.
Por otra parte, la vista celebra ayer aportó datos sobre el estado psiquiátrico de Perales. La defensa sostiene que actuó por un arrebato y bajo los efectos del consumo de alcohol y drogas. Sin embargo, la declaración del perito que le exploró incrimina al joven y subraya que, aunque existían antecedentes de consumo de estupefacientes, Perales no tenía sus facultades volitivas afectadas.

Alfredo Najas, abogado de la acusación particular, asegura que el relato de los peritos confirma que “el acusado era plenamente consciente de la gravedad de los hechos y no estaba bajo los efectos de las drogas”. Además, indica que las amenazas ratifican “que lo tenía todo preparado”. Óscar Perales se enfrena a una condena de hasta 23 años de cárcel y F. J. R., presunto encubridor, a tres.