El Tribunal Eclesiástico de Almería ha roto moldes. Su labor de formación y difusión ha conseguido que, a diferencia de sus análogos en otras provincias, año a año se multipliquen las causas de nulidades matrimoniales. Mientras que en 2010 se emitieron 27 sentencias, 20 en 2011 y 14 en 2012, en lo que lleva de 2013 ya se han resuelto 14 casos y otras 12 sentencias se harán públicas este mes.
Y de todas ellas, entre un 80 y 90% se resuelven favorablemente (el 100% en las 14 de este año). A ello ayuda el que tanto el vicario judicial, José Juan Alarcón, como los abogados del tribunal realicen una valoración previa. “Está claro que si nosotros no estamos seguros, no se inicia la causa”, explican los letrados.
La formación de quienes intervienen en el proceso es clave. Por ello, el elenco de abogados que colaboran con el Tribunal se reúne trimestralmente para profundizar en algún tema. El pasado lunes 1 de julio, la sesión fue impartida por Juan Antonio Moya, quien dirige al equipo de peritos psicólogos o psiquiatras con los que cuenta el tribunal, “no para valorar a las personas, sino el momento en el que contrajeron matrimonio”, especifica el vicario.
La inmadurez y la poca reflexión que acompañó al sacramento suelen ser razones mayoritarias para la nulidad. “Existe una disparidad enorme entre la madurez que puede tener una persona para desenvolverse profesional o socialmente y su madurez afectiva”, considera Alarcón.
Sin embargo, “muchos desconocen que su matrimonio es nulo”, explica Pedro Quesada, uno de los abogados, que ejerce en Almería y Jaén desde el año 1999. Los profesionales especializados difunden la posibilidad de acudir a los tribunales eclesiásticos, “también a otros compañeros, que nos envían algunos casos”, continúa Rosa María Fernández, que lleva casos en Almería y Madrid. Setrata de abogados se rotales, es decir, facultados para ejercer en todos los tribunales eclesiásticos de España.
“En sesiones con los colegios de abogados, se invita a que lo ofrezcan cuando la gente vaya a informarse sobre el proceso de divorcio”, confirma el vicario judicial. Y las propias parroquias son también punto de partida de muchas causas. “Yo mismo en mi parroquia, en la catequesis prebautismal, por ejemplo, conozco parejas que se han rehecho y que a partir de hablarles, se interesan por la nulidad”, cuenta Alarcón. De la misma forma, “otros sacerdotes de la diócesis envían a sus feligreses al Obispado a informarse”. “Todo aquel que vea que su matrimonio no ha sido tal tiene derecho a que los tribunales de la iglesia lo estudien”, subraya el vicario.
Y como es un derecho, se hace independientemente del nivel económico del implicado. Existe una reducción de las tasas, en función del nivel adquisitivo del implicado. De hecho, según los informes del tribunal, más de la mitad de los casos de los últimos años han tenido una reducción del 70%.
Pero, aunque el costo es uno de los mitos más extendidos, no es el único: sigue habiendo gente “que cree que la nulidad es para gente famosa”, reconocen los letrados. También quienes desisten “por tener la idea de que es un proceso de muchos años”.
La realidad es “que los tribunales se han reciclado y las causas son mucho más ágiles”, aclaran. En Almería se está consiguiendo que dure un año, tal como requiere la normativa canónica de 2005 Dignitas Connubis.
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