Salud García murió golpeada contra un mueble

Francisco Antonio Jiménez mató a Salud García Caparrós, su esposa, a golpes contra un mueble en la vivienda del matrimonio en Vícar.  El relato de los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Almería, ratificado con decenas de fotografías de la escena del denominado Crimen de la Puebla de Vícar, confirmó ayer, en la segunda sesión del juicio con jurado popular, la existencia de una brutal agresión en el interior del dúplex de la calle Homero.

Según la descripción de un especialista en criminalística, en la vivienda se hallaron “varios mechones de pelo” de la víctima y las marcas de “los pies desnudos impregnados en sangre” del acusado. Salud García recibió golpes en la cabeza contra la arista del mueble bar y el suelo, impactos que causaron su fallecimiento.

Los hechos se produjeron en el interior de la vivienda, sobre las 9 horas. Aunque no hay testigos oculares directos de la secuencia, los agentes reconstruyeron el crimen gracias a las muestras recogidas en el lugar y a la colaboración de tres adolescentes.

Los chicos tienen hoy 18 años y ayer aportaron datos relevantes ante el tribunal del jurado. Aquella mañana oyeron “gritos de auxilio” y se aproximaron a la ventana de la casa, donde vieron a Francisco Antonio Jiménez cerrar una cortina.

“Estábamos sentados, escuchamos gritos de socorro y nos pusimos a mirar por la ventana. Apareció un hombre con los brazos extendidos hasta el suelo, como sosteniendo algo (...) Llamamos al timbre. Se oían golpes secos, tres o cuatro minutos de golpes”, declaró el chico.

Esta versión fue apoyada por el testimonio de dos chicas. Una de ellas aseguró que los golpes eran “secos y repetidos” y que “continuaron cuando cerró la cortina”. “Al principio se veía perfectamente, hacía gestos de golpes”, aseveró.

El relato de agentes y testigos es muy valorado por las acusaciones. Fiscalía y acusación particular sostienen que Francisco Antonio Jiménez tenía intención de matar a su mujer tras conocer su intención de divorciarse y actuó con total consciencia. El presunto enseñamiento en el interior de la casa acreditaría el asesinato, según esta tesis, mientras los gestos para cerrar la cortina o parar de golpear cuando sonó el timbre apuntarían a una consciencia total sobre el suceso.

Por su parte, la defensa del ex conductor de Urbaser sostiene que los testigos no pudieron ver el interior por su posición y el contraste de luz, además de sembrar dudas sobre la secuencia del crimen.  En este sentido, los letrados no discuten la autoría de la muerte, pero califican el hecho como un homicidio atenuado por un arrebato. Francisco Antonio Jiménez aseguró que consumía grandes cantidades de alcohol (llegó a asistir a reuniones para la desintoxicación) y no recuerda nada de lo sucedido.

Sin embargo, esta versión del acusado fue ayer rebatida por los agentes de la Guardia Civil. Ninguno de ellos percibió signos de intoxicación etílica, tampoco encontraron botellas de alcohol vacías y no existen análisis de sangre y orina inmediatamente posteriores al crimen. “Estaba normal”, dijo el instructor de la Policía Judicial. “Estaba cabizbajo, supongo que pensando en lo que había hecho, un poco conmocionado obviamente”, añadió un agente.

Por otra parte, la sesión del juicio oral celebrada ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial ofreció también testimonios sobre los presuntos maltratos habituales padecidos por la víctima. La hermana de Salud García Caparrós afirmó que “los maltratos psicológicos empezaron en el noviazgo”, aunque la víctima siempre intentó ocultarlos. “Ahora nos hemos enterado de muchas cosas que él  (Francisco) ha hecho”, apostilló.

La fiscalía pide para el acusado 31 años de prisión por asesinato y un delito continuado de violencia de género. La acusación particular eleva esta solicitud a los 37 años porque incluye como víctima a la hija de ambos, menor de edad y muy afectada psicológicamente por los hechos.

El juicio con jurado popular se retoma en la mañana de hoy. El tribunal está presidido por la magistrada Soledad Jiménez de Cisneros.