Adiós al muro del Toblerone

Las máquinas de la empresa de excavaciones Erri Berri han terminado de derribar el muro que en la Carretera de Sierra Alhamilla separaba el Toblerone de la vía. Esta actuación que culminaba en la tarde de ayer, ha obligado a realizar cortes intermitentes del tráfico para realizarlo con seguridad, y por ello desde el lunes se ha estado derivando por el interior de Ciudad Jardín.

Una vez eliminada la pared que convertía Sierra Alhamilla en un pasillo (el otro lado llega delimitado por el muro que separa la carretera de las vías del tren), la empresa adjudicataria del derribo del gran silo de mineral de hierro, está pendiente ahora de tirar la nave más próxima a los colegios educativos Rafael Alberti y Mediterráneo.

Al parecer, este espacio se decidió dejarlo para el final de los trabajos con el objetivo de evitar que el derribo coincidiera con el tránsito de los menores que acuden a los centros durante la época estival. Con la finalización de las escuelas de verano, se procederá ahora en agosto a terminar el derribo de la nave más pequeña y que supone el cumplimiento del calendario que ya en su día manejaba la empresa propietaria del Toblerone, Suncrest, que aseguraba que antes de la llegada de septiembre el espacio estaría totalmente liberado.

Lo cierto es que a partir de ahora los siguientes pasos, una vez que se haya culminado la demolición, pasa por acabar con las tramitaciones urbanísticas que marcarán, de forma definitiva, el futuro desarrollo de la zona que acogió el silo.

El pasado martes el concejal de Urbanismo, Pablo Venzal, anunciaba que el 10 de septiembre está previsto que tanto él como el alcalde de la ciudad, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, acudan a Madrid a explicarles a Adif los planes para la zona marcados a través del Plan de Reparcelación. Anunciando además que la parte más cercana al centro de la ciudad es una de las parcelas que se quedará la sociedad de gestión del soterramiento Almería Alta Velocidad para generar plusvalías para el proyecto.

Lo que sí está claro es que todo este espacio contará con una edificabilidad de 80.000 metros, y según Venzal, todavía hay tiempo para terminar de ver cómo se reparten.

Todos estos planes de futuro se hacen mientras lo que desde 1972 había sido el Toblerone se despide de la ciudad y pasa a ser parte de su historia. Desde que arrancaran las obras de demolición son muchos los que han fotografiado los trabajos a modo de despedida y precisamente ayer, cuando más se notaba el cambio, no iba a ser menos.

Lo cierto es que la imagen de ayer nada tiene que ver con la de hace apenas un mes, y tampoco con la que habrá tras terminar el proceso.