El interior de la provincia de Almería está plagado de castillos; también la práctica totalidad de la costa tiene una torre desde la que contemplar el horizonte en el mar. Estos monumentos -grandes desconocidos en su mayoría- forman parte del patrimonio histórico más significativo. Pese a ello muchos han sido víctimas del abandono y del paso del tiempo; con lo que queda de ellos también se puede relatar la historia de Almería.
El pasado En la publicación ‘Los Castillos a través de la historia’, realizado con motivo de la celebración de las Jornadas Europeas de Patrimonio Histórico, los castillos y fortalezas “constituyen un objeto histórico privilegiado para conocer las sociedades del pasado”.
Almería estuvo largos siglos expuesta al conflicto fronterizo y necesitaba defensas; por ello tiene gran número y variedad de castillos, que constituyen un patrimonio poco conocido y cuyo análisis permite apreciar una evolución cronológica en sus tipologías y sistemas defensivos al hilo del desarrollo de las técnicas militares y del tipo de enemigo contra el que se defienden.
Estas edificaciones proceden de épocas tan distantes en el tiempo como la Edad Media, cuando se levantaron fortalezas en Los Filabres, Vera, Vélez Blanco y Vélez Rubio; alquerías en Gádor y Santa Fé de Mondújar; castillos en Alhama, Adra y Celín (Dalías), entre otros.
Ya a comienzos de la Edad Moderna, los Reyes Católicos atendieron de manera muy especial las torres del litoral por los ataques de los piratas, mientras que las fortalezas del interior tratan de destruirse para acabar con la nobleza señorial. De estos años preceden los castillos de Gérgal, Tahal, Rodalquilar o Carboneras.
Muy numerosas Las atalayas costeras levantadas por todo el litoral de la provincia son las estructuras arquitectónicas más elementales pero también las más numerosas por su valor estratégico. La de Balerma está entre las más conocidas, como la torre de los Lobos (Níjar).
Conforme avanzaron los tiempos continuó la construcción de fortificaciones y también la destrucción de muchas de ellas, en ocasiones por la acción del hombre; pero también unas cuantas fueron pasto de terremotos.
Propuesta Los expertos destacan, por su valor histórico y patrimonial, aproximadamente una docena de estas edificaciones. Entre ellas están la gran fortaleza medieval de Villavieja, en Berja; la fortaleza de Adra, medio derribada ya en 1492; el castillo de Vélez Blanco, joya de los recintos levantados a principios del siglo XVI; la iglesia-fortaleza de Nuestra Señora de la Encarnación de Vera, ubicada en la plaza mayor del pueblo y también de primeros del XVI; los castillos de San Andrés de Carboneras y el de Cuevas del Almanzora; el castillo de Villaricos, de la Edad Moderna; y el de Guardias Viejas, en El Ejido.
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