Respirar aire fresco, entrar en contacto con la naturaleza, visitar a la familia y degustar la gastronomía tradicional son las principales razones por las que los turistas deciden trasladarse a distintos puntos de la provincia durante el verano.
Los pueblos del interior recuperan el ambiente y se llenan de vida en esta época, llegando incluso a duplicar o triplicar su población. El perfil de los visitantes, que buscan disfrutar de un verano diferente y rodeados de recursos naturales, es el de un emigrante que regresa a casa por vacaciones.
Para acoger a esta cantidad de turistas, los municipios suelen adoptar una serie de medidas para preparar su llegada. “Desde el mes de junio planificamos todo para recibir a los visitantes. Labores de limpieza y el mantenimiento de la piscina municipal son algunas de las tareas que atendemos con especial dedicación”, explica el presidente de la Mancomunidad de Municipios para el Desarrollo de los Pueblos del Interior y alcalde de Lucainena de las Torres, Juan Herrera.
Esta localidad, como todas las de esta Mancomunidad, llega a duplicar su población durante julio y agosto.
Pero ¿qué significa esta gran afluencia para los municipios? Para Fiñana, uno de los pueblos de la Comarca de Río Nacimiento, trabajo. Según el primer edil, Rafael Montes, “que venga gente siempre es positivo para nuestra tierra. Entre las consecuencias favorables para Fiñana, se encuentra la creación de empleo en los supermercados que necesitan un refuerzo de personal durante esta época”.
Otras precauciones Pueblos como el de Suflí, incluido en el valle del Almanzora, tienen que poner todas sus energías en mejorar deficencias como el suministro del agua potable. “Siempre tenemos la precaución de contar con Galasa, (Empresa pública, que gestiona el agua en el Levante y el Almanzora), ellos ya lo saben y se realiza una aportación con cubas en verano, de manera que así evitamos que se corte el agua, a pesar del aumento de población”, detalla el alcalde de Suflí, Raúl Guirao.
En cifras, el 90% de los turistas son emigrantes. “La mayoría de la gente que viene de fuera a la Alpujarra almeriense son los emigrantes que están asentados en Madrid y en Barcelona. También vuelven todos aquellos que tienen su segunda residencia aquí, por lo que nuestra población se llega a triplicar”, especifica el primer edil de Paterna del Río, José Asensio, quien coincide con el alcalde de Alcolea, Cristóbal Baños, en que son los emigrantes los principales turistas.
Respecto a las zonas más habitadas, “la llegada de los alcoleanos emigrantes se nota sobre todo en pedanías como Darrícal, que cuenta con una media de diez residentes en invierno y se llega a multiplicar por diez durante el verano”, asegura Baños.
Por el contrario, frente a este perfil de emigrante se encuentra el viajero apasionado por hacer turismo de interior. Además del encanto natural que ofrecen todos estos municipios, tanto turistas como visitantes se sienten atraídos por el amplio abanico de actividades culturales y deportivas que organizan los ayuntamientos durante la época estival. Asimismo, las fiestas patronales se convierten en una razón de peso para recibir más visitas en esta época del año.
Factores económicos A pesar de que los pueblos recuperan su vida en verano, la crisis afecta de forma clara a los comercios. “Es cierto que la gente sigue viniendo y compra artículos de primera necesidad. Sin embargo, esto simplemente significa un desahogo para los establecimientos, no sirve para que se mantengan durante el año. Además, los visitantes recortan en otros gastos, como las salidas a los bares”, concluye Rafael Montes.
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