Corría el año 2001 cuando un estudio realizado por el Ayuntamiento de Tahal y otros municipios de la zona realizó un estudio censal que puso de manifiesto la realidad de unos pueblos con un elevado porcen taje de personas mayores, en gran parte dependientes y necesitados de asistencia.
De aquel estudio surgió Allicherta SCA, una cooperativa fundada por cuatro mujeres, que desde entonces presta sus servicios a alrededor de un centenar de personas, entre ellas mayores, discapacitados, niños y personas en riesgo de exclusión social, para llevarles ayuda, servicios y solidaridad a partes iguales.
La cooperativa está compuesta por cuatro socias, María Soledad Pérez Cáceres, Marlene Otero, Araceli Alcaide Pineda y Mercedes Úbeda López, pero junto a ellas una treintena de mujeres -todas mujeres- conforman una empresa social que se ha convertido en ejemplo.
En la actualidad la empresa presta sus servicios a alrededor de un centenar de personas repartidas por varios pueblos de la zona de la Sierra de Los Filabres. Una asistencia prestada a partir de los acuerdos de colaboración suscritos con los ayuntamientos de Castro de Filabres, Líjar, Macael, Senés, Tabernas y Tahal, donde la cooperativa tiene su sede social.
Como al conjunto del tejido económico y empresarial, a Alicherta también la ha tocado la crisis. Lo cuenta Marlene Otero, una de las socias fundadoras, al señalar que la cooperativa ha llegado a contar con más de cincuenta trabajadoras, pero la reducción de las ayudas a la dependencia les ha supuesto un descenso de actividad.
Cuentan, no sin dolor, que desde el año 2009 no se han producido apenas ingresos de personas que puedan hacer frente al servicio, sólo en algunos casos muy señalados ha habido alguna incorporación a su nómina de personas atendidas. Mientras los políticos debaten sobre los recortes sociales, ellas hacen lo que pueden por mantener un nivel digno de asistencia.
La treintena de trabajadoras sociales son contratadas en los diferentes pueblos en los que desarrolla su tarea para evitar los largos desplazamientos. Ello les permite, no obstante, estar “al pie del cañón” durante toda la jornada para prestar sus servicios a los dependientes.
Las representantes de Alicherta señalan que esos servicios van desde la atención personal, el acompañamiento de personas con necesidades especiales, la ateción sanitaria en personas con problemas de salud, la gestión de las cuestiones relacionadas con las prestaciones o las ayudas que perciben e incluso hacerles la comida a aquellas personas que presentan impedimentos para poder realizar la tareas domésticas por diversas causas.
Uno de los últimos reconocimientos recibidos por Alicherta ha sido el Premio José Luis Suárez Muyor, entregado a principios del pasado mes de julio en la gala celebrada en Gádor con motivo del Día Internacional del Cooperativismo. El premio fue acogido con satisfacción por las socias de la cooperativa de Los Filabres, que apuntan que a día de hoy es la primera empresa andaluza de ayuda a domicilio en obtener la certificación de calidad para sus servicios.
El mayor problema con que se encuentra en el día a día es el retraso en los pagos por parte de las administraciones, un retraso provocado por los recortes que pasa factura a una empresa en la que la prioridad es pagar las nóminas a la treintena de personas que dependen de ella.
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