Una gran oportunidad para corregir desigualdades históricas. Es lo que una parte no pequeña y muy cualificada -por su representatividad- del sector agrícola almeriense cree que tiene la nueva presidenta de Andalucía por delante cuando tenga que decidir sobre el nombre de la persona que ocupará la Consejería de Agricultura en su nuevo Gobierno.
Y la expectativa es que ese nombramiento pueda recaer en un o una almeriense, por ser esta la provincia puntera por excelencia en agricultura, por estar en un momento especialmente sensible, ante la próxima reforma de la PAC, y por no haber tenido históricamente un gran peso en las sucesivos gobiernos andaluces.
Sería la segunda ocasión en que el Gobierno andaluz contara con un consejero de Agricultura de Almería. Lo fue Martín Soler en el último Gobierno de Manuel Chaves (2008), y solo durante un año.
Antes de eso no hubo ‘poder’ almeriense en una de las consejerías con más trascendencia para la actividad económica provincial. Después de eso, tampoco.
Susana Díaz tiene buena sintonía con los actuales dirigentes del PSOE provincial, que han apoyado sin reservas su candidatura para sustituir a José Antonio Griñán en la presidencia de la Junta de Andalucía.
Desde Almería se han alzado voces haciendo ver la necesidad de que una persona de la provincia, que conozca bien la agricultura más pujante y que genera más riqueza de toda Andalucía, asuma la responsabilidad de gestionar ese departamento.
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