La sobrecarga y los malos olores de la depuradora vuelven a generar quejas

La sobrecarga y los malos olores de la depuradora vuelven a generar quejas

Marta Rubí
01:00 • 11 sept. 2013

El problema de los malos olores en Roquetas vuelve a casa en verano como el turrón en Navidad. Ya la entrada al municipio por la carretera de Alicún sufre el problema al recibir el olor del emisario de la Ventilla que soportan diariamente los vecinos de Las Salinas, pero también conviven con los malos olores los barrios cercanos a estaciones de bombeo como la zona del Mercadona en la Urbanización o el Paseo de Los Baños.


Los vecinos han elevado sus quejas un año más y los empresarios se lamentan del perjuicio que supone de cara a los turistas. En el Ayuntamiento, Equipo de Gobierno y oposición han debatido en diversas ocasiones la necesidad de solucionar los malos olores que genera la depuradora, pero también su sobrecarga y la necesidad de poner en marcha las instalaciones construidas para el uso terciario de sus aguas, sin llegar a un acuerdo que lo solucione.  


Ampliación




Tal como se destacó en el pleno del pasado 13 de junio, la depuradora está preparada para unos 60.000 habitantes, cifra que se ha superado en el municipio y que se duplica en verano. “La depuradora está sobresaturada”, explica Ana Belén Zapata, concejal del PSOE roquetero y responsable de Medio Ambiente del grupo, “no llega a eliminar los olores pero los ciudadanos deben saber que el saneamiento y la depuración es competencia del Ayuntamiento”, continúa.


Una cuestión en la que se mostró de acuerdo el alcalde de la localidad, Gabriel Amat, en el mismo pleno quien defendió entonces que “en el momento de su construcción ya se estaba quedando pequeña” y subrayó la necesidad de que la Consejería de Medio Ambiente construya una necesaria ampliación, “porque los terrenos están perfectamente disponibles”. De hecho, el grupo municipal del PP presentó igualmente una moción en ese pleno para pedir “que el cánon que se paga por el agua se destine a las obras de ampliación”. Algo “difícil”, según el PSOE, si se tiene en cuenta que las obras costarían entre 40 y 50 millones de euros y el cánon pagado por Roquetas es de unos dos millones. 




Uso terciario


El grupo socialista se refirió en el mismo pleno a la necesidad de poner en marcha las instalaciones “ya terminadas” para realizar un tratamiento terciario que permita reutilizar las aguas “y evitar que se desaproveche el agua”. Según aclara Zapata, las obras se finalizaron en 2009, después de que se firmaran convenios con los Ayuntamiento de Roquetas, Vícar, La Mojonera, El Ejido y Adra “con el fin de construir tuberías hacia los puntos de consumo de esas aguas terciarias”. En concreto, a Las Salinas, para abastecer al futuro espacio verde, a Playa Serena y a la Comunidad de Regantes Sol y Arena.




“El Ayuntamiento finalmente no pagó la obra y sólo está funcionando la de Sol y Arena, a los que precisamente el consistorio tiene que comprar agua en verano para poder dar servicio a la población”, revela Zapata.  


La desaladora


El uso de estas instalaciones para el uso terciario ahorraría agua proveniente de otras fuentes y es en este punto donde los socialistas vuelven a poner su mirada. Según el grupo, los  acuíferos del poniente se encuentran sobreexplotados con la consecuente pérdida de calidad en el agua de consumo que llega a Roquetas. 


En otra moción anterior, el PSOE pedía que se instara al Ayuntamiento de Almería a aumentar el uso de su desaladora (que actualmente está al 20%) para que todo el Poniente se vea beneficiado por un menor uso de sus acuíferos. “Los recursos están”, añade el secretario general del partido en Roquetas, Juan Miguel López,  “defendemos que la capital se lleve lo que necesite, pero también que se busque la mejor fórmula para mejorar la sostenibilidad de un bien tan preciado como el agua porque tarde o temprano se va a tener que dar una solución definitiva”.



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