Es normal que si escuchamos hablar de tunas lo primero que nos venga a la cabeza sea la imagen de chicos vestidos como juglares, con mallas y capa, tocando la guitarra y cantando a viva voz. Sin embargo, esta tradición universitaria también se ha hecho popular entre las mujeres.
La Tuna Femenina de la UAL se convirtió el 28 de marzo de 2012 en la primera tuna de mujeres de Andalucía. Un año después siguen siendo las únicas de nuestra provincia.
Todo empezó cuando vieron un ‘pasaclases’ de los tunos de la Universidad. “Nos gustó muchísimo y como sabíamos que una tuna mixta era imposible decidimos crear una propia”, cuenta Beatriz Serrano, conocida dentro de su tuna como Sargenta. Al principio solo eran cuatro, pero su alegría y desparpajo han conseguido que ya sean doce las que compone este gran grupo de mujeres universitarias: Sargenta, Sumi Baloo, Artista, Nancy, Fresita, Pandora, Matrix, Manteada, Colorín, Mostaza, Mañica y Polvorilla.
A pesar de haber revolucionado el mundo de la tuna en Andalucía, hay tradiciones que merecen la pena mantener. El traje es igual que el de hombres, aunque más “estilizado”, de terciopelo negro, con faroles, puntillas y bolsillos secretos, que incluso sirven hasta “para guardar botellas de alcohol en las fiestas”, reconocen entre risas Sumi Baloo, Sargenta, Artista y Nancy.
El repertorio de canciones, uno de los símbolos de identidad, también lo mantienen, aunque con algunas actualizaciones. Clavelitos, Copla de Rondador y Cielito Lindo no pueden faltar, pero ellas también cantan Todos los besos, de Los Rebujitos; o Derroche, de Ana Belén.
Quizás la imagen más popular del tuno sea la de cantarle a una dama asomada al balcón, pero ¿cantan las mujeres a los hombres? “Por supuesto. Nosotras también hacemos la ronda de balcones. Los hombres se sonrojan y se sienten un poco intimidados”, dicen entre risas.
Las mujeres de la Tuna Femenina de la UAL se describen a ellas mismas como “muy resultas, con poca vergüenza, con mucha picardía y amantes de la música”. Quizás por su gran sentido del humor han protagonizado escenas tan divertidas como surrealistas. “Una vez fuimos a cantarle a una muchacha por su cumpleaños y tiramos hasta cohetes”, cuentan. También han perseguido a más de una persona por el paseo marítimo y han recorrido la Diputación de Almería con sus instrumentos.
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