Hace treinta años el campo almeriense era como ella: una explosión vegetal bajo plástico que crecía un 150% anual en producción agrícola intensiva.
Ahora, con un millón de invernaderos de unos mil metros cuadrados, están dando sus primeros pasos también en producción, integrada, en incorporación de enemigos naturales a las cosechas y en control biológico.
Hasta allí ha llegado Koppert, una multinacional holandesa de control biológico fuertemente implantada en Almería, que ha abierto oficinas centrales en Pekín y centros de distribución y ensayo en la provincia de Shandong, a la que pertenece Shouguang, la ‘Almería china’.
Salubridad Lo explica Cristóbal Fábrega, un técnico almeriense de Koppert que viaja cada quince días a esa ciudad de poco más de un millón de habitantes a fajarse con los productores locales en los nuevos productos que mejoran la salubridad de las hortalizas del gigante asiático.
Hace poco más de un año, esta gran zona agrícola eligió la Universidad de Almería para firmar un convenio de colaboración y de transferencia de conocimiento que ha propiciado la llegada de investigadores agrarios que han aprendido los métodos que han hecho al campo almeriense punto de lanza de la investigación en agricultura intensiva.
Técnicos de Koppert de nacionalidad china también están esta semana en Almería visitando lo que se hace en el campo almeriense en materia de investigación.
Así lo explica Xueshi Zhang “Almería tiene un gran nivel tecnológico y creemos que es una zona que no para de desarrollarse y de la que estamos aprendiendo bastante, hay una motivación sorprendente en Almería por mejorar la salubridad en el campo”.
De la misma opinión es Ho lel, un coreano afincado en China que también trabaja para Koppert “Almería ha demostrado un gran nivel y mucho afán por progresar en tecnología agraria, estamos sorprendidos, aunque en Corea se ha copiado más el modelo hidropónico de Holanda”. Fábrega, responsable de Koppert en esta zona de Asia expone que “allí en Shouguang aún mantienen pequeñas explotaciones familiares, muy capilarizadas y sociales y ahora están empezando a formarse cooperativas con inversores que contratan a agricultores que obtienen comisiones en las cosechas”.
Tecnología Añade Fábrega que “por ahora no tienen mucha transferencia de tecnología entre ellos, lo que experimenta un agricultor no lo comparte con los demás”.
Koppert comercializa sobre todo minicolmenas de abejorros para polinizar tomate, como inició Almería en 1994.
Señala el técnico almeriense que “aún dependen mucho de los químicos, pero tienen interés por progresas, hace unos años una noticia del periódico local decía que ni los propios agricultores se comían lo que producían en sus huertas, pero están cambiando a pasos agigantados”.
De momento, este gran emporio agro no tiene vocación exportadora, casi 100% de la producción es para consumo propio.
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