La agricultura almeriense camina hacia el residuo cero

La agricultura almeriense camina hacia el residuo cero

Antonio Fernández
23:52 • 18 oct. 2013

El objetivo del “residuo cero” ha sido probablemente la expresión más utilizada por el sector hortofrutícola almerienses a lo largo de los tres días de esta Fruit Attraction. Se puede hablar incluso de una nueva revolución en el campo almeriense tras las experimentadas en las últimas décadas.
No es en cualquier caso un objetivo caprichoso, sino un elemento que se ha hecho imprescindible para fortalecer la presencia de las hortalizas de la provincia en los mercados. El punto de inflexión se precipitó seguramente con la famosa “crisis de los pepinos” de hace tres años, y los resultados de la respuesta almeriense han sido demoledores.


En esa nueva revolución verde, con estacón de destino en la calidad y la seguridad alimentaria, ha jugado y está jugando un papel importante la industria auxiliar agraria. José Antonio Santorromán, gerente de la empresa Agrobío, reconocía el enorme esfuerzo realizado en los primeros compases de esta campaña por parte de los productores. La mayoría ya ha hecho el trabajo y dispone de los métodos más eficaces para el control biológico de las principales plagas del campo.
Antonio Giménez, director técnico de Koppert, reafirma esa tendencia y añade que el control biológico se propone como meta un control sostenible de los cultivos porque “ya no se trata sólo de evitar las plagas y sus consecuencias, sino también de fortalecer las plantas para asegurar la productividad y el mantenimiento de los cultivos”.


En esa batalla entran también las diferentes empresas de semillas con el desarrollo de variedades más resistentes que permiten afrontar con mayor tranquilidad las plagas evitando el uso de agroquímicos, y apostando por productos de calidad creciente.
En esa carrera por el residuo cero cobra importancia el papel de los pioneros y, entre ellos, una de las empresas que iniciaron hace ya muchos años el camino. Es el caso de Coprohníjar cuyo presidente, Antonio García Padilla, explica que aquel esfuerzo en los años noventa ha servido para llegar al momento actual como uno de los referentes del sector, tanto para el resto de empresas y productores como para los clientes. Estos días en Madrid la empresa nijareña ha recibido visitantes de mercados tan exigentes en esta materia como los nórdicos que obtienen seguridad “al saber que nuestro objetivo más importante es alcanzar la meta del residuo cero”.




Ese objetivo se ha extendido como una mancha de aceite a la mayor parte de las empresas del sector hortofrutícola almeriense y hoy las grandes empresas, cooperativas o alhóndigas, desarrollan programas activos de políticas de producción que tienen el residuo cero como meta final. Así ocurre en el grupo Agroponiente, en Agrupaejido, en CASI, en Vicasol, en Primaflor, en el grupo Femago y, en definitiva, en el conjunto de las empresas que conforman el sector agrario provincial.






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