Elena Víboras, consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, demostró ayer dos cosas en su visita a Almería: que aprende rápido los pormenores de un sector que tira de las exportaciones andaluzas y que la polémica que surgió al no ser nombrado un almeriense para ocupar su cargo no le quita el sueño.
Durante toda la mañana de ayer se dedicó a recorrer el ‘modelo Almería’ y estuvo en una cooperativa para analizar la comercialización, en el IFAPA de La Mojonera, para adentrarse en los secretos de la producción y de la investigación agraria, y en Agrobío, para familiarizarse con una industria auxiliar y una capacidad de innovación que, según sus propias palabras, la dejó gratamente impresionada.
Si esa fue su impresión, dejó también claro que para su Consejería la agricultura almeriense es una prioridad por lo que representa en el contexto del sector agroalimentario andaluz, pero también porque “este es un modelo productivo con una enorme productividad y con un tremendo potencial para seguir liderando las producciones y mercados”.
En su opinión, el salto cualitativo que se ha producido en la provincia desde el año 2007 garantizan el futuro de un sector con gran capacidad de adaptación y de innovación, líneas de trabajo que recibirán el apoyo por parte de la Junta.
Ese apoyo es visible en cualquier caso durante estos últimos seis años, un periodo en el que se han invertido 120 millones de euros en la provincia para la mejora de las estructuras productivas y, en especial, en la extensión de la producción integrada y la lucha biológica. De esa inversión la Junta y el Gobierno central han aportado a través de ayudas cerca de 53 millones de euros, casi la mitad. Eso ha posibilitado que, según Elena Víboras, Almería sea hoy una referencia a nivel nacional e internacional en sostenibilidad de cultivos, en seguridad alimentaria y en respeto al medio ambiente.
Se detuvo la consejera en analizar la situación de los mercados, sobre todo tras las protestas de los agricultores por los bajos precios del inicio de campaña, y lo hizo para señalar que la agrcultura almeriense tiene potencia y potencial para jugar un papel más activo en el proceso de formación de los precios de las hortalizas.
Dice Víboras que “la enorme capacidad productiva y comercializadora de esta provincia le deben permitir ganar poder en los mercados, y para ello será esencial caminar hacia un proceso de concentración de la oferta en origen”. No dudó al asegurar que en ese proceso la Junta de Andalucía pondrá todo lo que sea posible para conseguir el objetivo porque “ser fuertes permitirá que sean los agricultores lo que impongan los precios en los mercados, no los mercados los que impongan a los agricultores esos precios”.
En su opinión, el asociacionismo de los productores se muestra como “una de las vías más efectivas para aumentar su peso en la cadena de comercialización”.
A la hora de hablar sobre las ayudas de la Pollítica Agraria Común (PAC), la consejera reiteró su ya conocida postura de seguir exigiendo del Gobierno y de la Unión Europea que la agricultura andauza no pierda ni un euro de los 2.000 millones anuales que viene recibiendo “porque esas ayudas representan el sustento de miles de familias y de mantener sistemas productivos esenciales para Andalucía. Por esa causa pide al ministro de Agricultura que incluso se produzca, si ello fuera necesario, una “discriminación positiva” hacia la región en esta materia.
En su programa de visitas Elena Víboras se acercó a Agrobío, una de las empresas punteras no sólo en la provincia, sino también a nivel internacional. Allí conoció el trabajo en la producción de abejorros para la polinización o de insectos vectores eficaces contra las plagas que han ahorrado miles de toneladas de agroquímicos al campo.
Hoy Agrobío exporta alrededor del 40 por ciento de su producción tanto a Europa como a varios países del norte de África, Canadá, Turquía o la lejana Japón. Para la consejera es un ejemplo de las ventajas de la investigación o la aplicación de tecnologías en la agricultura, un avance que repercute en la imagen y la calidad del producto.
La visita se completaba con la visita a Murgiverde, una cooperativa resultante de la fusión de Agromurgi y Ejidoverde en 2005 que se vio reforzada en 2009 con la incorporación de Geosur y Campovícar, una fusión que contó con una subvención por parte de la Junta de 200.000 euros.
La consejera afirmaba que esta es una fórmula adecuada para aumentar el peso de las empresas y grupos almerienses en las negociaciones con la gran distribución. Y como ejemplo, el caso de Holanda, donde los productores están organizados en torno a sólo dos grupos de comercialización, lo que les permite negociar con mayor poder.
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