Carboneras vive en Ayamonte unida por la mar

Carboneras vive en Ayamonte, hasta allí viajó desde Los Barquicos. De punta a punta Andalucía estuvo unida por los hombres de la mar muchos decenios antes de que existiera la A-92.
En los años 30, muchos pescadores de Carboneras decidieron instalarse para siempre con sus familias en Ayamonte, a donde iban a pescar con sus barcos en la almadraba del atún año tras año desde 1895. La población carbonera se asentó en La Punta del Moral, una  barriada a cinco kilómetros del centro de la ciudad.  Juan Moreno asegura que  aquel viaje lo hicieron por mar, una mudanza en barco, con toda la familia. 
Con ocasión de la presentación de la segunda  edición del libro "Pescadores del Sur. Orillas de Carboneras", escrito por Antonio Carrillo Alonso, una comitiva oficial de Carboneras, con su alcalde Salvador Hernádez al frente, se desplazó hasta este municipio, en el otro extremo de Andalucía. 
La presentación del libro fue un éxito de participación ya que acudieron varias generaciones de ayamontinos carboneros respaldados por la asociación de vecinos La Gaviota, la asociación de armadores y la hermandad de la Virgen del Carmen y San Antonio de Padua.

Los mismos patrones La identificación es tal que las fiestas de la Punta del Moral se celebran por los mismos patrones y en las mismas fechas que en Carboneras. 
Hernández, Carrillo, Aguado, Alonso son los mismos apellidos en uno y otro pueblo. Lo sabe bien Juan Moreno, el presidente de la asociación de vecinos. “De 1.200 habitantes, la gran mayoría pertenecemos a Carboneras. Tengo tíos y primos y de siempre se ha sabido esto porque nunca hemos roto lazos”, afirma Moreno. “Se sigue incluso manteniendo la costumbre de ir a pescar a un sitio y otro”, añade.  Ha sido la primera vez que un alcalde de Carboneras ha viajado hasta la Punta del Moral. Para recibir a Salvador Hernández estuvo su homólogo ayamontino, Antonio Javier Rodríguez.

Un paso más El primer edil de Ayamonte mostró ayer a LA VOZ su satisfacción por esta relación de los dos pueblos. El año pasado hubo un viaje en autorcar organizado por los vecinos de la Punta del Moral hasta  Carboneras, donde disfrutaron del cariño de sus familiares y de sus representantes institucionales.
Rodríguez lamenta que no pudo venir en esa ocasión, pero cree que lo podrá hacer en un futuro. Los dos alcaldes hablaron sobre  proyectos en común, para dar un paso más en el estrechamiento de relaciones. Además de los citados estuvieron presentes Rogelio Reyes Cano, catedrático de la Universidad de Sevilla ; Antonio Carrillo Alonso, autor del libro; Juan José Alonso , presidente de la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen y San Antonio de Padua  y Alonso Abreu, presidente de la Asociación de Armadores , los tres de la Punta del Moral.

Emoción y kilómetros Tras la presentación hubo una noche de convivencia llena de emoción. Juan Grima se volcó también y ofreció sus habituales productos de la tierra a los presentes. Llegaron marineros y sus familias no solo de Ayamonte sino de Isla Cristina y otras poblaciones cercanas.Los más mayores agradecieron el esfuerzo hecho por el alcalde, que se desplazó conduciendo en un largo viaje de casi seis horas de ida y vuelta. “No podía decir que no.
El alcalde va donde lo reclaman sus vecinos y aunque sabía de esta relación familiar tan estrecha ha sido muy emocionante comprobar de cerca el cariño y conexión que mantienen estas familias de Carboneras”, declaró a LA VOZ Salvador Hernández.

Libro de Arráez Editores En su libro, Antonio Carrillo retrata a los pescadores del sur del periodo 1920-1980 a través de una saga familiar de Carboneras. Se describe una lucha terrible por   la subsistencia, desde las idas andando a hacer la siega a las Andalucías, la emigración a Francia o a las almadrabas de la zona del Estrecho, o yendo en faluchos de madera hasta la Isla de Alborán o la costa de Marruecos para conseguir traerse el barco cargado hasta arriba de pescado. Puertos como Isla Cristina, Ayamonte, Tarifa, Estepona, Málaga o Almería, aparecen por sus páginas.  Antonio Carrillo es doctor en Románicas por las universidades de Granada  y de Sevilla. Durante varios años trabajó con el insigne  arabista Emilio García Gómez.  Experto nato de los orígenes de nuestra lírica y nuestro flamenco, una vez jubilado, se ha puesto a escribir la novela de su vida, cuyos primeros apuntes los comenzó a tomar mientras pescaba de adolescente en los barcos de su familia, escuchando los relatos de su abuelo, un viejo pescador de la jábega de Carboneras. El resultado es una novela   que deja huella y ha recibido excelentes críticas del ABC de Sevilla, La Voz de Almería, el Sur de Málaga y otros diarios andaluces. Al término del acto el autor firmó numerosos ejemplares.