La tecnología 2.0 también es para mayores de 55

Los avances tecnológicos suponen en muchas ocasiones un auténtico reto, sobre todo para los más mayores, pero las nuevas tecnologías no tienen edad. Así lo ha demostrado la asociación Cruz Roja con sus cursos de Alfabetización Informática para Mayores, financiados por la fundación Vodafone, en los que participan más de medio centenar de personas en la capital este año.

Durante dos horas a la semana, los mayores tienen la oportunidad de acercarse a los ordenadores y aprender cómo se usa internet. Por su edad, son muchos los que no se habían enfrentado antes a estos aparatos. “Nos dimos cuenta de que había una brecha digital muy grande, por lo que decidimos intentar acabar con ella”, explica María del Mar Moreno, responsable del proyecto y técnico del departamento de Dependencia y Mayores de Cruz Roja Almería.

Este es el segundo año que se imparten estos cursos de formación destinados a mayores de 55 años, totalmente gratuitos e impartidos por voluntarios de Cruz Roja Almería en  el Centro de Servicios Sociales Comunitarios Rambla Amatisteros. Tan solo en 2012 pasaron por las aulas de alfabetización informática más de 200 mayores de toda la provincia.

“He oído muchas veces que el que no sepa informática básica es un analfabeto hoy en día. Los mayores no quieren ser analfabetos”, cuenta José Ramos. Él ha sido profesor toda su vida, ahora, ya jubilado y a pesar de sus 79 años, es voluntario de la asociación dando clases de informática básica al resto de mayores.

“Entre los mayores existen muchas ganas de ponerse al tanto de las nuevas tecnologías, aunque es cierto que les cuesta mucho. Aquel que logra dominar el teclado, llegar a un procesador de texto o manejar el correo se siente más feliz”, cuenta con cierta admiración este jubilado que insiste en hacer hincapié en que él no es profesional, “yo también tengo que consultar muchas cosas”.

Todos los mayores que participan en estas clases tienen muchas ganas de aprender. Ellos no son nativos digitales, por eso les cuesta más, pero la paciencia de los voluntarios es inmensa. “Tenemos que ir muy despacio y con paciencia, pero no nos importa porque estamos aquí para aprender y pasarlo bien, no tenemos que sacar ningún título”, bromea el profesor casi octogenario.

Las clases de informática son “muy entretenidas”. Más allá de conocer cómo funciona un ordenador, los alumnos de alfabetización informática aprenden cosas tan útiles como solicitar una cita médica a través de internet, mirar el correo electrónico, consultar recetas de cocina o leer poemas. “Yo he visto a gente llorar en las clases. En una ocasión, una mujer de Adra se emocionó porque buscamos su pueblo y apareció una foto de una amiga suya ya fallecida”, cuenta José Ramos. “Eso es increíble”.