El Calar Alto, fundamental para radiografiar la agonía de un planeta

El jefe del proyecto elogia el papel, calidad y coste del observatorio hispano-aleman

Javier Adolfo Iglesias
01:00 • 13 dic. 2013

 
El Centro Astronómico Hispano-Alemán en Calar Alto  ha sido fundamental en el hallazgo astronómico que saltó ayer a los informativos de todo el mundo. Se trata de Kepler 91-b, un exoplaneta que gira alrededor de una estrella gigante roja y que, con toda seguridad será engullido en menos de 55 millones de años.El descubrimiento ha sido realizado por nvestigadores de varias instituciones, liderados por los españoles Jorge Lillo-­‐Box y David Barrado, del Centro de Astrobiología (CSIC-­‐INTA). 
El observatorio almeriense y su telescopio de 2.2 metros operado conjuntamente por el Instituto Max Planck de Astronomía (Heidelberg) y el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA- CSIC, Granada), han sido fundamentales en este largo trabajo y descubrimiento. “La alta calidad de los instrumentos y del cielo almeriense nos han permitido obtener datos de gran calidad para el estudio de este sistema planetario.  En particular, hemos usado la cámara AstraLux y el nuevo espectrógrafo llamado CAFE. La cámara es capaz de obtener imágenes de muy alta resolución (similar a la del telescopio espacial Hubble pero con un coste económico mucho menor)”, afirma en declaraciones exclusivas a LA VOZ Jorge Lillo-Box, uno de los jefes del proyecto.
La investigación ha sido posible por el uso intensivo del espectrógrafo CAFÉ, el primer instrumento desarrollado y construido por el observatorio de Calar Alto.

Relevancia de Calar Alto “La gran resolución de CAFE nos ha permitido estudiar la estrella a fondo y estudiar de qué está compuesta la estrella, medir su temperatura y gravedad (que, al final, nos indica su edad). Hay que recordar que CAFE es el primer instrumento íntegramente diseñado y fabricada en Calar Alto por personal del observatorio. Y este es el primer planeta confirmado con observaciones de este instrumento”, añade Lillo-Box.
El trabajo de estos científicos se ha desarrollado a lo largo de cuatro años. El planeta tardará mucho más en morir engullido por el enorme sol que ocupa todo su cielo.


“La calidad del cielo almeriense, la calidad humana y profesional del personal del observatorio de Calar Alto que nos ha ayudado en todo momento así como la calidad del observatorio en sí mismo y de sus instalaciones, han ayudado en gran medida a que este descubrimiento sea posible”, declaró ayer a LA VOZ Jorge Lillo-Box.  Su director de la tesis también estuvo una larga temporada en el observatorio almeriense hasta el pasado junio. Lillo-Box adelanta a LA VOZ que habrá nuestros resultados en próximos meses.







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