Dos detenidos por captar mujeres para su explotación sexual en clubes

La UCRIF registra dos viviendas en San Isidro y encuentra documentación y armas de fuego

Javier Pajarón
11:09 • 26 dic. 2013

Agentes de la Unidad Contras las Redes Ilegales y Falsedades (UCRIF) de la Policía Nacional de Almería han arrestado a dos personas acusadas de participar en una red de explotación sexual de mujeres en clubes de alterne de carretera.



Las detenciones se enmarca en una intervención más amplia desarrollada en municipios de la Comunidad Valenciana y denominada Operación Selun. La organización, con ramificaciones, estaba especializada en la captación de mujeres del este de Europa y destinada a su explotación sexual en locales.



En la provincia de Almería la UCRIF realizó dos arrestos y dos registros en el término municipal de Níjar, en la pedanía de San Isidro. Los sospechosos son L. V. N. de 46 años y L. M. de 30, alias Ciprian. Se les acusa de participar en la organización como captadores de chicas de origen rumano con destino a los clubes investigados.




La captación


En los registros, la Policía Nacional les encontró varias armas de fuego. Se les imputaban delitos de pertenencia a banda organizada, tenencia ilícita de armas, falsedades documentales y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Según la Dirección General de la Policía, en total se ha detenido a 20 personas responsables e integrantes de las dos ramas  u organizaciones. Además, se ha identificado a 11 víctimas que estaban siendo explotadas por ambas organizaciones. Ninguna de ellas ejercía en locales de la provincia de Almería, según fuentes de la investigación.





“Las mujeres eran captadas en Rumanía mediante las falsas promesas de trabajo en España que aceptaban ante la precariedad de su situación económica”. “Tras su traslado voluntario a España, las mujeres eran aisladas por completo de su entorno familiar y eran obligadas a ejercer la prostitución en diferentes carreteras comarcales de la Comunidad Valenciana”, señala la Policía Nacional.



Los máximos responsables de las organizaciones (al menos dos ramas) habían llegado a un “pacto de no agresión” consistente en realizar un reparto de las carreteras en dos zonas, en cada una de las cuales ejercería su influencia y cada grupo “colocaría” a sus propias chicas. “Un pacto que afectaba tanto a  los proxenetas como a las mujeres que eran obligadas a prostituirse”, señala la Policía Nacional.





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