La Junta no quiere el Castillo de San Pedro

La consejería de Educación, Cultura y Deporte ha rechazado la oferta realizada por la propiedad del Castillo de San Pedro, un edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y situado en la cala del mismo nombre, en el municipio de Níjar, por la que ofrecía “la cesion gratuita del mismo para su uso público a favor de esa Administración por plazo de 50 años”.

La intención del propietario de la Cala de San Pedro y, por tanto, del Castillo, es la de “favorecer la conservación del inmueble, lo que, a través de esta cesión, la Junta podría hacer con cargo al 1% cultural del Ministerio, sin coste para la Junta”, explica Daniel Navarro.

Sin embargo, el pasado mes de marzo, la Delegación de Cultura comunicaba a Navarro que, en relación a su propuesta “de cesión gratuita de uso por periodo de 50 años, sin llevar aparejada la trasmisión de la tirularidad y a la vista de las actuaciones que deben llevarse a cabo por el grave deterioro del monumento, supondría la inversión de fondos públicos en un inmueble que mantiene su titularidad privada, lo que no justifica la aceptación de este derecho de uso por 50 años”.

La situación de este castillo del siglo XVI es similar a la del famoso Cortijo del Fraile, también declarado BIC y también en el municipio de Níjar. En ambos casos se trata de edificios históricos que se encuentran en un estado de abandono y deterioro total.

El coste de la rehabilitación del Castillo de San Pedro rondaría los dos millones de euros, una cifra “inasumible” para el propietario. De ahí la propuesta de cesión para poder acogerse al 1% cultural.

El Castillo necesita además actuaciones urgentes para evitar que siga habiendo derrumbes y que ponga en peligro a los visitantes y a las personas que habitan de forma más o menos permanete en la cala donde se asienta el BIC.

Obras sin licencia municipal

El Ayuntamiento ha abierto un expediente por la realización de obras sin licencia en el antiguo cuartel de la Guardia Civil de la Cala de San Pedro. En concreto se trata del tapiado de puertas y ventanas del que fuera el bar de ‘la Pura’ cuando ésta lo dejó. Aunque no han podido identificar al autor de las obras, se señala a Medio Ambiente.