Alarma por el descenso del consumo

Los Paseos Marítimos del municipio vuelven a estar abarrotados al anochecer estos días en los que por fin ha entrado el calor. Siempre es un aliciente descubrir una nueva heladería o lugar donde tapear y cada verano hay más oferta en lugares como el tramo entre el espigón y el Puerto de Aguadulce.  Pero la presencia masiva de veraneantes no se traduce en una buena campaña para los establecimientos hosteleros por ahora. De hecho, entre ellos se ha empezado a correr la voz de alarma ante lo que consideran un descenso generalizado del consumo respecto a la temporada pasada.

Más aún, “es el peor verano de los últimos cuatro años”, declara la dueña de una heladería, “y todos los propietarios de locales lo comentan”. Lejos del aumento que se esperaba con la supuesta salida de la crisis económica, los hosteleros comprueban que la caída ha sido mayor que nunca.

De todas formas, la temporada es larga en Almería y se mira con esperanza al fin de julio y a agosto para recuperar este bache. “No podemos dar conclusiones precipitadas”, afirma otro veterano hostelero, en un bar de tapas.

El duro mediodía
El colectivo señala que son las horas del mediodía las que más se están viendo afectadas. “La verdad es que las dos primeras semanas de julio no han sido muy masivas en las playas de Aguadulce por el viento o que no llegaba a hacer tanto calor”, achaca un joven camarero de un local.

Las noches, más animadas, tampoco son un revulsivo, y son bastantes las mesas que quedan vacías en todos los establecimientos. “Está siendo difícil porque, como nunca sabes cuándo se va a dar la llegada de clientes, mantenemos la plantilla completa todos los mediodías y noches; yo personalmente creo que el verano va a acabar mucho mejor de lo que ha empezado”, añade otro propietario.

Los turistas
Los hosteleros apuntan a una cuestión clave para explicar este descenso: “Cada vez son más los turistas que vienen a los hoteles en régimen de “todo incluido”, alegan. En Aguadulce y Las Salinas lo dicen con resignación, pero el asunto se ha convertido en un debate en la Urbanización, donde los comerciantes ya comenzaron a lamentar esta situación el año pasado. “Este año está siendo mucho peor, como sigamos así, van a acabar con todos nosotros”, dice con rotundidad un empresario de la zona. 

Como él, tanto los hosteleros como los propios vecinos muestran su preocupación por la situación. También los grupos de la oposición recogieron el malestar del sector el año pasado, ante lo que el concejal de Turismo afirmó que son cuestiones de los propios hoteles, que afirman tener muchas presiones de los intermediariospara ofrecer este modelo económico.