Ya no hay peligro en las columnas del patio del colegio Ex Mari Orta

ya es una realidad la ampliación y reforma del CEIP Ex Mari Orta de Garrucha. Para llevar a cabo esa actuación se partía de un centro construido en dos fases entre los años 1987 y 1994, entonces colegio de Educación General Básica de ocho unidades.  El final de dicha ampliación y reforma no ha estado exento de polémica ya que el patio que utilizaba el alumnado de Educación Infantil era el que tenía las 30 columnas con forma de prisma cuadrangular con unas aristas peligrosas y muy afiladas, que no tienen ninguna protección alrededor de ellas, además de gravilla que al correr el alumnado, se la llevan hacía las bases de las columnas haciendo un suelo nada adherente, pareciendo una pista de patinaje.

Y el nuevo techo Y la parte que no tiene columnas, no posee ningún techo de protección que pudiese dar sombra a esos pequeños, por lo que tenían que recurrir a la zona peligrosa de las columnas. Por lo que respecta al patio usado por el alumnado de Educación Primaria, también presentaban unos desperfectos que se han subsanado.
La problemática surgió con el debate entre administraciones por ver quién correría con la solución de esos desperfectos. Al final, el Ayuntamiento se ha hecho cargo y se han subsanado los mismos, teniendo el alumnado de Infantil un patio independiente y acotado sin ningún tipo de columnas. Los demás desperfectos también los ha tenido que solventar la administración local, sea o no de su competencia.

Nuevo modulo  El proyecto ha consistido en la edificación de un nuevo módulo que hace de bisagra o pieza central para servir de nexo de unión entre los dos que ya existían. De esta manera, todo ha quedado conectado y accesible, salvando las diferencias de altura.
Este nuevo edificio alberga en la planta baja las dependencias administrativas y en la planta alta, usos educativos, diferenciados como sala de usos múltiples, música e informática.
La zona de infantil, que era necesario ampliar, se ha alojado en un nuevo módulo anexo con tres aulas para el alumnado de tres años y una sala de usos comunes para infantil. Este módulo se ha situado mirando al mar, aprovechando la privilegiada situación del conjunto. Ubicado sobre soportales, posee un acceso independiente desde el exterior en rampa y, a su vez, se une al nuevo conjunto edificado a través de un puentecito metálico, de modo que todas las áreas educativas están conectadas de forma accesible.  El resto de dependencias necesarias, gimnasio, comedor, cocina y biblioteca, se han dispuesto sueltas en planta baja, dado que van a tener un uso independiente. No obstante, están unidas por una pérgola que las liga y unifica, conformando el porche que delimita el patio o espacio libre común de conjunto.  El centro original constaba de dos módulos de dos plantas cada uno, prácticamente simétricos e independientes. Esos edificios acogían todos los usos educativos a excepción de una pieza central de una sola planta donde se alojaba el comedor y la cocina. Cada uno de esos módulos funcionaba de forma independiente, lo que dificultaba el quehacer diario en el centro, ya que no había conexión alguna entre ellos. 

Nuevo edificio  Por otra parte, había que realizar una ampliación, dadas las necesidades de espacio, que hicieron que en su momento se montasen aulas prefabricadas, y, además el centro tenía que adaptarse a las normativas existentes actuales. En vista de ello, la actuación ha supuesto la construcción de un nuevo edificio que conecta los dos ya existentes.