El magistrado del Tribunal Supremo (TS) Rafael Fernández Valverde aseguró ayer en Almería que el citado tribunal podría resolver el “galimatías jurídico” del hotel de Azata del Sol ubicado en El Algarrobico de Carboneras en septiembre con “cuatro sentencias de golpe que despejarán por fin la ya eterna pregunta, con continuos vaivenes en su respuesta, de si el hotel se derriba o abre al público”.
El magistrado del Supremo Rafael Fernández Valverde, que se encuentra en Almería asistiendo a las X Jornadas del Consejo General del Poder Judicial y del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, ha anunciado que el TS tiene dos de los cuatro procesos resueltos con sentencias listas para su fallo, si bien el Tribunal, que pretendía poder dar respuesta jurídica al limbo judicial justo en “estos momentos en los que se celebran las Jornadas”, ha decidido esperar a disponer de la totalidad de todas las sentencias para comunicar su fallo en el mes de septiembre, cuando el futuro de El Algarrobico quedará en principio despejado.
Más casos Son varias las cuestiones pendientes de resolver, como cuál es la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) válida, “la que declaró primero el suelo urbanizable o la que no”, la legalidad de la licencia de obras estimada por el TSJA o el derecho de retracto y su pretendida aplicación por parte de la Junta de Andalucía.
“Son conflictos competenciales que distorsionan la cuestión definitiva, ya que en este momento, desde el punto de vista de la legislación estatal de Costas, el deslinde se está realizado de forma firme pero a partir de ahí surge la cuestión de dónde están las servidumbres y qué tipo de urbanización se produce con la Administración local, que es la competente en materia urbanismo”, ha explicado el magistrado.
Asimismo, ha señalado que en la Sala del TSJA en Granada ha habido “ciertas discrepancias sobre si tiene que haber una mayor o una menor protección medioambiental” y, añade, “de eso derivarían las posibilidades urbanísticas de la zona”.
El del hotel de Carboneras no es “un caso exclusivo”, afirmó el magistrado . Fernández Valverde ha expuesto el caso de un edificio de Vigo que, pese a tener una orden de demolición desde 1990, aún permanece en pie.
El magistrado se ha mostrado por otro lado “sensible” a la adopción de otras medidas no “tan drásticas” como la demolición. “Tenemos que responder a la legalidad, pero somos sensibles a la realidad social que hay detrás de cada edificio”, ha afirmado, incidiendo en que hay que “despolitizar el urbanismo y que éste no sea una vía de financiación de los ayuntamientos”.
Sobre situaciones como El Algarrobico se ha referido el magistrado del TS durante su conferencia, en la que ha reflexionado sobre el papel que juegan los políticos en decisiones de planeamiento urbanístico y sobre el actual panorama nacional que puede propiciar un cambio que ataje errores de partida.
“Si a un ciudadano de Bélgica o de Inglaterra se le dice que un político está interviniendo en el diseño urbanístico de un municipio, se echaría las manos a la cabeza, porque son líneas rojas”, ha señalado. “Son los arquitectos los que tienen que diseñar técnicamente con arreglo a unos criterios generales”, ha manifestado.
Reglas precisas Por su parte, el presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Arquitectos, Luis Cano, ha considerado que “el planeamiento urbanístico debe responder a unas reglas precisas y no a un debate como ha ocurrido con El Algarrobico”. “Se le ha puesto la lupa encima cuando el hotel estaba prácticamente terminado y esto es lo que no puede ocurrir”, manifiesta el que también fuera el decano almeriense justo cuando se tramitaba el hotel, recordando que el mismo ha supuesto 25.000 millones.
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