La recogida de 1.428 firmas no evita la sustitución del altar de Santa María

Feligreses de la parroquia critican la decisión del Obispado y el cambio realizado  “a traición”

El altar de Santa María antes de su sustitución ayer.
El altar de Santa María antes de su sustitución ayer.
Guillermo Mirón
17:39 • 30 jun. 2015

Las 1.428 firmas recogidas en los últimos meses no han sido suficientes para evitar la sustitución del Altar Mayor que ha presidido el interior de la iglesia de Santa María de Albox desde el año 1952. En la mañana de ayer se produjo el cambio del altar por otro nuevo ordenado por el Obispado de Almería poco después de que se dieran por finalizadas las obras de restauración de este templo albojense que data del siglo XVIII.





Las misivas enviadas al Obispado de Almería no han servido para lograr el objetivo por el que estamparon su firma casi mil quinientos albojenses en una iniciativa promovida por la Asociación Pro-Restauración de la Iglesia de Santa María de Albox.





“Hemos pedido una cita por activa y por pasiva” defienden miembros de la asociación. Ante la “falta de una respuesta” por parte de la Institución eclesiástica decidieron enviar una carta al obispo que, aseguran, tampoco ha tenido respuesta. En el documento remitido los feligreses explican que “no nos gustaría que -el Altar Mayor- fuese sustituido por otro de piedra o mármol, ya que se trata de un altar fijo que data del año 1952 y que está en consonancia con el retablo”.

Derecho Canónico No es una cuestión baladí la composición del altar. De hecho, la Iglesia defiende que el altar debe ser de piedra y esa es precisamente uno de sus razones para la sustitución. Sin embargo, miembros de la asociación que también ha estado detrás de la restauración de la iglesia señalan que el Derecho Canónico indica que los altares “pierden su dedicación o bendición si resultan destruidos” o reducidos a usos “profanos”. Al no ser el caso, recuerdan que a juicio de la Conferencia Episcopal, además de la piedra, puede usarse “cualquier otro material digno y sólido”, cosa que sucede en otros templos de la provincia donde los altares de otros materiales como la caoba se han mantenido.





Como solución intermedia, los devotos propusieron la colocación de una tabla de piedra sobre el actual altar, lo que tampoco se ha producido finalmente. Antes del cambio de altar en la mañana de ayer, miembros de la asociación manifestaban que “lo único que queremos es que no se cambie el altar porque es una obra de arte como no hay ninguna” y piden explicaciones tanto al párroco como al Obispado sobre el “por qué” del interés en quitar el altar” que data de mediados del siglo XIX.




Lo cierto es que, finalmente, las firmas no han impedido el cambio, si bien la pieza sustituida continúa dentro de la iglesia, ya que ha sido colocado bajo el sagrario. Una cambio hecho “a traición” y “a escondidas” según miembros de la asociación que defienden junto a las cientos de firmas la continuidad del altar de siempre tras las obras de la nueva iglesia.







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