Mas de dos mil ejemplares de tortuga mora (Testudo graeca) han sido entregados por los almerienses ante la condición de ‘mascota ilegal’ que les ha conferido la reforma del Código Penal. De esta manera, esta costumbre, muy arraigada en el sureste español y más aún en Almería, pasa a ser un delito que castiga con pena de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses a quien tenga en su casa uno de estos animales protegidos.
El futuro de todos estas tortugas es el de volver a su hábitat natural, en algunas zonas de serranía, fundamentalmente de la zona del Levante almeriense.
Lo cierto es que las autoridades de la Junta de Andalucía, así como el resto de Cuerpos, como el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y en algunos ayuntamientos como el de Turre o el de Huércal-Overa se han visto sorprendidos ante la cantidad de animales que se les han entregado.
Los animales, que van primero a un veterinario con el que la Junta tiene un acuerdo, son trasladadas después al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) de las Almohallas, que se encuentra en Vélez Blanco, deben pasar una serie de controles antes de ser liberados en zonas de su hábitat natural.
Falta de previsión
No obstante, según ha podido saber LA VOZ, puede que haya habido falta de previsión por parte de las autoridades de Medio Ambiente, ya que la avalancha de tortugas está dificultando que puedan ser atendidas adecuadamente. Algunos testigos hablan de que los animales llegan en hacinados en cajas donde han permanecido días sin alimento ni agua.
Además, desde la organización Ecologistas en Acción de Almería advierten de, aunque tras pasar por el CREA, pareciera que la opción más lógica fuera liberarlas al medio y repoblar así las poblaciones silvestres, “la realidad es que, según los expertos, no hay una escasez de ejemplares silvestres sino de hábitats adecuados para que sobrevivan”, señalan.
De la tortuga mora existen muchas subespecies diferentes, lo se puede convertir en un problema a la hora de su suelta. De hecho, y para evitar la hibridación de ejemplares, solo se puede soltar la subespecie ibérica. En Almería es bastante común encontrar tortugas moras africanas, que deberán permanecer en el CREA hasta que puedan ser devueltos a su origen.
Este es otro problema que Ecologistas ponen sobre la mesa, ya que todos estos individuos pueden llevar “a la saturación del CREA y al hacinamiento de las tortugas”.
En torno al 75%
En cualquier caso, en el caso de Almería, la mayoría de las tortugas que hay, o mejor, había en las casas pertenecen a la subespecie ibérica, “en torno al 70 o 75 por ciento”, señalan los expertos, con lo que alrededor de unas 500 tortugas quedan a la espera de que la Junta gestione el traslado a Marruecos.
A pesar de que los expertos aseguran que la tortuga mora, aunque haya nacido en cautividad se adapta rápidamente a la vida en libertad, son muchos los dueños que piensan que su mascota, acostrumbrada a comer casi a la carta, puedan sobrevivir en mitad del monte.
Identificar el origen
El temor a poder ser sancionados está llevando a algunos propietarios de tortugas moras a entregarlas sin decir cuál es su origen. Por eso, los agentes de Medio Ambiente piden que se identifique la procedencia de la tortuga, tanto si la compraron como si la recogieron del monte. “No les va a pasar nada”, aseguran, “pero es fundamental para ayudar a su identificación y así, en caso de que sean de la subespecie ibérica poder soltarlas cuanto antes”.
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