El obispo cree que faltan parroquias en zonas costeras y nuevos barrios

Con motivo de la ‘Jornada pro templos’ que, por segundo año se celebra en la provincia, el obispo de Almería, Adolfo González Montes, ha manifestado en una carta pastoral que aunque en los últimos años “hemos construido y restaurado un buen número de iglesias parroquiales” en la provincia, “pero lo hecho es insuficiente”.

En opinión de Adolfo González, “sigue habiendo un gran desajuste entre las iglesias históricas del interior de la provincia y las antiguas pequeñas iglesias costeras; e incluso las iglesias construidas en la época de colonización resultan insuficientes en capacidad y número”.

Lo cierto es que, tal y como explica el vicario de Obras de la Diócesis de Almería, Miguel Romera, “todos, o prácticamente todos los pueblos históricos del interior cuentan con una iglesia. Pero no en muchas zonas costeras que, de la noche a la mañana, han crecido mucho  y creado nuevos barrios en los que se ha tenido que ir improvisando para dar el servicio pastoral”.

A modo de ejemplo, Romera menciona a Roquetas o Mojácar y, en la propia Almería la Vega de Acá o El Toyo, como algunas de estas zonas en las que sería necesario abrir nuevos templos.

En este sentido, la carta del obispo recuerda que “algunas comunidades que se han visto obligadas a servirse de locales provisionales como bajos de bloques de viviendas y otros destinados en principio al uso comercial, no pueden desarrollar las funciones litúrgicas y administrativas propias de una comunidad parroquial”.

Complejo parroquial
González Montes insiste en que “hay poblaciones en la diócesis que necesitan una nueva iglesia, que dé cabida a la comunidad y esté acompañada de un complejo parroquial que permita contar con un despacho parroquial en condiciones, un archivo parroquial, un conjunto de aulas y salones para catequesis, y para las reuniones apostólicas y pastorales”.

En la capital y en otros lugares de la provincia sigue habiendo parroquias en los bajos y con cabida mermada muy insuficiente para sus comunidades parroquiales. Algunas iglesias son meros salones de reunión insuficientes y faltos de funcionalidad para la celebración de la liturgia y de los diversos actos de piedad”.
Sin embargo, Miguel Romera recuerda que esto no siempre fácil, ya que “tenemos que contar con un solar adecuado y, luego, con financiación para poder construir el templo”.

Generosidad
Por todo ello, el obispo ha apelado a la “generosidad de los fieles para, entre todos, poder afrontar la construcción de nuevos templos y complejos parroquiales, con voluntad de financiar por nosotros mismos la vida de la Iglesia diocesana”.
En cuanto a los pueblos del interior, según comenta el vicario de Obras, los problemas son otros. “La mayoría de estas iglesias son templos del S. XVI y lo que necesitan son mantenimiento” y obras de restauración de estas parroquias, muchas de ellas joyas de la arquitectura.