Carta a la presidenta: “Vivimos en la miseria, no nos queda ni dignidad”

Trabajadores de la Escuela del Mármol dirigen una carta a Susana Díaz con su dramática situación

Trabajadores de la Escuela del Mármol de Fines durante un encierro de protesta meses atrás.
Trabajadores de la Escuela del Mármol de Fines durante un encierro de protesta meses atrás.
Guillermo Mirón
19:22 • 23 oct. 2015

“Subsistimos gracias a mi mujer”. Así contaba Jesús su situación personal en febrero de 2015. Este profesor con tres hijos no había sido víctima de un desahucio, ni había perdido su puesto de trabajo. Al contrario, acudía cada día a trabajar a la Escuela del Mármol de Fines. El problema es que su trabajo, desde hace  años, no está remunerado.




Es uno de los empleados del Consorcio de la Escuela del Mármol de Andalucía, a cuyos trabajadores la Junta de Andalucía les adeuda 16 nóminas. Su último recurso ha sido apelar a la “humanidad” de Susana Díaz, a la que piden por carta que "agilice" los trámites para cobrar lo que se les debe.




 




Insostenible




“Esto es inaguantable para cualquier familia. Estamos viviendo en la miseria absoluta, renegociando hipotecas, rehipotecando nuestras viviendas y con la caridad de amigos y familiares porque ya no nos queda nada, ni siquiera dignidad”, trasladan en la carta dirigida a la presidenta andaluza, en la que remarcan el “calvario” por el que están pasando sus hijos “sin razón alguna”.




En la misiva reclaman a Díaz que “por favor, agilice los trámites, la documentación o lo que sea necesario para que podamos cobrar las nóminas que se nos adeudan y desempeñar nuestro trabajo”. “Llevamos tres años de penurias, sufrimiento, pobreza absoluta, mentiras... y creo que lo mínimo que nos merecemos es que se nos pague por nuestro trabajo”, lamentan los trabajadores del Consorcio, que piden a continuación que al menos “se nos informe con datos reales de nuestra situación, no con mentiras ni engaños como hasta ahora”.




A los empleados de la Escuela del Mármol les duele su situación personal y laboral como consecuencia del retraso en el pago de las nóminas pero también les pesa como una losa la suerte de promesas, compromisos y fechas que han escuchado durante los últimos meses augurando un arreglo.




Por eso, los trabajadores dicen esperar “una respuesta sincera de usted”, afirman dirigiéndose a Susana Díaz. “No queremos que nos diga lo que nos gustaría oír, sino que nos diga la realidad de la situación, cuándo vamos a poder cobrar, empezar los cursos... es decir, cuándo se va a normalizar nuestra situación”, reclaman.


 


Desde el corazón


La carta firmada por “los trabajadores y trabajadoras del Consorcio Escuela del Mármol de Fines” solicitan la aceleración de los trámites a la máxima mandataria de la Administración autonómica “desde lo más profundo de nuestro corazón, ya no por la responsabilidad que tiene para con nosotros usted como presidenta de la Junta de Andalucía sino por humanidad”. 


Apelando a la empatía de Díaz, los empleados explican que “no desearíamos que ningún hijo de nadie tuviera que pasar el calvario por el que están pasando los nuestros. Sin razón alguna”. La Escuela del Mármol se encuentra envuelta en trámites administrativos que, en primer lugar, iban dirigidos a su integración en el ente público andaluz de Educación aunque posteriormente se han aprobado iniciativas para que pase a formar parte de la Consejería de Empleo. La realidad es que, a día de hoy, los trabajadores siguen esperando el final del proceso y la paga de las nóminas adeudadas.


“Pregunté por la asistencia de Cáritas”


Los trabajadores del Consorcio de la Escuela del Mármol de Andalucía viven en una complicada situación desde hace años, cuando dejaron de percibir las nóminas correspondientes al ejercicio de su profesión. En una de las últimas manifestaciones, un trabajador del centro a cargo de una hija reconocía haber “preguntado al Ayuntamiento por las ayudas y la asistencia de Cáritas”. En los últimos años se han reproducido las situaciones en las que empleados del Consorcio sobreviven gracias a la ayuda de sus parejas o las familias a pesar de los numerosos encierros y actos reivindicativos que se han sucedido como protesta.



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