Hay que reconocer que Almería es un desierto”, afirma José Antonio Fernández, presidente de la Federación de Regantes de Almería (Feral). Hasta ahí nada nuevo. Lo que aseguran muchos expertos es que este ecosistema es cada día más árido.
Un artículo publicado hace unas semanas en El País volvió a hacer saltar las alertas tras afirmar que “el paraíso se ha acabado” y que existe “el riesgo de El Ejido de parecerse cada vez más a África. En concreto, al delta del Níger”.
Más de 30.000 hectáreas de cultivo intensivo en El Ejido son las que podrían sufrir graves consecuencias si estas afirmaciones se cumplen. Los agricultores de la comarca saben qué hay en juego y es por eso que “la optimización del agua es total. Nosotros estamos cumpliendo”, asegura el presidente de Feral.
La solución más inmediata sería que el funcionamiento de la desaladora fuese del 100%; aunque también existe el problema del gran gasto eléctrico que supone y que ha sido el eterno debate durante largo tiempo. Antonio Fernández, vicepresidente del Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM) propone “recurrir a la energía renovable, tanto solar como eólica”.
Optimismo
En la zona son optimistas, pues desde los años sesenta se viene cultivando con carácter intensivo y el agua nunca ha faltado. No obstante, seguirán “buscando soluciones. Tenemos una esponja de agua que nos ha permitido sobrevivir y lo seguiremos haciendo”, afirma José Antonio Fernández, quien no contempla un final trágico a corto o medio plazo. Incluso habla de un futuro lleno de recursos hídricos en la comarca.
Quienes se dedican a la agricultura en la provincia luchan por buscar soluciones. Soluciones que a veces esperan como agua de mayo. Prácticamente todos coinciden en que el remedio con más expectativas es la desalación, o incluso “hacer trasvases”, explica Fernández.
Hace unas semanas, el investigador y profesor de la Universidad de Almería, Emilio Galdeano, escribía un artículo en LA VOZ sobre que “la agricultura bajo invernadero sea siempre el ojo de críticas de todos los males que azotan el mundo”. Hablaba sobre el empeño de muchos en culpar a la agricultura del Poniente como principal causa del cambio climático, cuando en realidad “puede ser un ejemplo donde mirar y encontrar alternativas a los problemas ambientales, como viene siendo considerado por promotores de desarrollo agroalimentario en muchos países y por distintos comités científicos de foros de sostenibilidad internacional”.
Punto de vista
La agricultora y empresaria de la comarca, Lola Gómez Ferrón, que también fue participante en el artículo sobre desertización publicado en El País, calificó el mismo de tener un “gran tinte sensacionalista”. ¿Qué pasa con los agricultores que cuidan el medio ambiente?, se pregunta Lola. “No tenemos que callarnos en Almería, somos un ejemplo en optimización del agua. Creo que nosotros mismos a veces no somos conscientes de todo lo que hacemos por nuestro medio”.
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