La posidonia no va bien en Aguamarga y las Cocederas

El proyecto europeo Life+ Posidonia ha permitido realizar por primera vez en Andalucía un estudio de la demografía de las praderas de posidonia oceánica, consideradas como un hábitat prioritario por la Comunidad Europea. Gracias a este trabajo, coordinado por la Consejería de Medio Ambiente, se puede conocer en detalle qué sucede dentro de las praderas de posidonia, es decir, el número de haces (grupos de hojas que crecen en las puntas y a lo largo de los rizomas de esta planta marina) que nacen cada año y las que mueren, obteniendo así una tasa de crecimiento neto. Ello permite también valorar el estado de conservación de las praderas, tanto si aumentan como si disminuyen o se mantienen estables.

Este trabajo iniciado en 2012 ha permitido detectar que en la provincia de Almería esta especie se muestra estable, en términos generales, en las estaciones de Loza del Payo, en Villaricos (Cuevas del Almanzora), Isla de San Andrés (Carboneras), Bajos de Roquetas y Punta Entinas; aunque en las Cocedores (Pulpí) y Aguamarga (Níjar) parecen tener algún problema de conservación. Por su parte, la estación de los Bajos de Roquetas, a 12 metros de profundidad, se muestra estable.

La mayor extensión
En total se ha trabajado en 15 estaciones fijas de muestreo situadas en las provincias de Almería (10), Granada (1) y Málaga (4), que presentan fielmente la diversidad natural de las praderas existentes en Andalucía. Hay que recordar que el 90% de la extensión de praderas de posidonia que hay en la costa andaluza se encuentran en el litoral y los fondos marinos de Almería.

En el seguimiento de las praderas de posidonia han participado los equipos técnicos de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de la Junta y voluntarios ambientales de la red Posimed.

Recursos pesqueros
La posidonia oceánica es una planta marina que constituye ecosistemas de excepcional interés y los fondos sobre los que se extiende gozan de unas aguas limpias, por lo que se convierten en un atractivo para la práctica de actividades como del buceo o el baño.

Además, juega un papel fundamental en la calidad ambiental, en el mantenimiento de los recursos pesqueros y en el secuestro de CO2 a largo plazo.