Desde el pasado 8 de diciembre la iglesia de Turre, consagrada a la Inmaculada Concepción luce tres rosetones únicos en el mundo; tres vidrieras de dos metros de diámetro cada uno, instaladas en la fachada principal y dos en cada lado del crucero. Las tres muestran en vívidos colores tres momentos fundamentales de la historia de Jesucristo: su concepción, gestación y parto. Tres fases en las que la ciencia y el misterio de la fe se únen, cuando Dios se hace hombre a través de la Virgen y ésta tiene a su Hijo en su vientre.
El promotor y mecenas de esta singular obra de arte religioso es Blas Carrillo, ginécologo y obstetra bien conocido en Almería, que quiso de esta forma donar al pueblo en el que se educó una obra que aunara su fe, su profesión y su pasión por el arte. El doctor Carrillo estaba presente en la parroquia el día de la Inmaculada Concepción, cuando las vidrieras fueron inauguradas en un acto con poca repercusión y en el que alcalde y concejales hicieron público también su nombramiento como Hijo Adoptivo de Turre.
Estaban el alcalde, el cura párroco, el doctor mecenas pero faltaba el artista, Víctor García Góngora, el autor de la obra que apenas un mes antes había colocado la última vidriera. “Me quedé sorprendido, me lo dijeron mi madre y mi tía que lo habían visto en un periódico local. Vi el reportaje con todos los políticos mirando mi obra y ni siquiera me mencionaban en todo el artículo”, afirma ahora con una sonrisa.
“Al poco tiempo me llamó Blas Carrillo porque estaba igual de sorprendido que yo y me dijo que intentaría que hubiera otra inauguración con mi presencia y con más medios de comunicación”, añade el artista y arquitecto almeriense. “Tanto él como yo creemos que hemos perdido una oportunidad de hacer que la obra trascienda con mucha mayor presencia de medios de comunicación”, asegura. La existencia de esta obra artístico religosa fue anunciada por primera vez por LA VOZ en su edición del 2 de marzo de 2014. Entonces ya se daban detalles de su creación y elaboración. Víctor y su hermano Manuel usaron vidrio termofusionado unido con acero cortado con chorro de agua. García Góngora es un artista multifacético con una amplia obra en Latinoamérica. Recibió directamente el encargo del Doctor Carrillo López.
En una primera fase entregó en octubre de 2013 la vidriera con un útero gestante con un divino feto de 11 semanas junto con un ovario. En una segunda fase entregó las otras dos vidrieras con el óvulo en el momento de la encarnación cuando “fecunda” un óvulo de 2 metros. La última de la serie es el feto de 9 meses en el canal de parto, representado por una luz en el centro de la misma.
Víctor García Góngora ya había realizado otras vidrieras para templos católicos. Las de Turre son excepcionales. “Es una visión científica de la fecundación de la Virgen que respeta el dogma”, afirma el artista almeriense. Ahora falta que respeten al artista y la vuelvan a inaugurar.
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