Parque Natural Cabo de Gata, la joya de la corona almeriense

Entre pequeños pueblos blancos, senderos, paisajes volcánicos, arena fina y aguas turquesas, el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar ofrece a todo aquel que la visita más 38.000 hectáreas y una franja marina de una milla de anchura, con 12.000 hectáreas más. Por ello, el paraíso del Sur de Europa incluye desde pequeñas playas situadas en lugares recónditos hasta amplias calas que gozan de gran fama.

Playas

El Parque Cabo de Gata-Níjar ocupa parcialmente los términos municipales de Almería capital, Níjar y Carboneras. Así, uno de los aspectos más destacados gira en torno a sus playas, biodiversidad y ecosistemas marinos.

Salvajes acantilados con espectaculares vistas, playas naturales paradisiacas como las afamadas playas de Mónsul y Genoveses o playas urbanas que poseen todos los equipamientos y que están en condiciones inmejorables, distinguidas con la bandera azul, son solo algunos distintivos de este escenario.

A ellas les siguen calas como Los Muertos, Cala de Enemedio o el Playazo de Rodalquilar. En definitiva, Cabo de Gata se presenta como un lugar inigualable en toda España.

Senderos

Pero Cabo de Gata ofrece mucho más que playas paradisíacas. En este sentido, sus senderos transcurren por terrenos áridos, aunque de especial belleza, especialmente los que van junto a la costa, por acantilados volcánicos y calas vírgenes.

Entre ellos, destaca el sendero Caldera de Majada Redonda, un trayecto lineal de aproximadamente menos de 1 hora, entre cerros y depresiones de origen volcánico. Vegetación esteparia con esparto u otras propias de la provincia, además de las pitas o chumberas.

El sendero Cortijo del Fraile Montano cuenta con 8 kilómetros y recorrido circular. Se trata de un llano que se adentra con cerros sin apenas vegetación con el atractivo del Cortijo del Fraile, escenario de una de las tragedias más famosas del siglo XX.

También destacan dos senderos en los Escullos: Isleta del Moro y Pozo de los Frailes. El primero dura entre 30 minutos y 45 minutos y recorre la costa con vistosas matas salpicando el terreno de especies autóctonas. El segundo cuenta con un camino abierto al mar con casi dos horas de recorrido, terreno ondulado para los principiantes, con baja dificultad y relieve con cerros de media altura de origen volcánico.

Por su parte, el sendero de la Molata destaca por su dificultad. A lo largo de la ruta encontrarás una franja litoral abrupta con muchos acantilados que quedaran inmortalizados en instantáneas de cine.

Entre otros, el sendero Loma Pelada es de larga duración, alcanzando las 3 horas, y de baja dificultad. Se conforma como el plan perfecto para disfrutar de una mañana en familia. Podrás encontrar pequeñas calas en las que poder darse un baño para descansar.