La violencia que dejó el confinamiento

Desde que comenzó la pandemia el mundo entero se ha visto envuelto en una serie de situaciones muy atípicas que nunca nos habríamos imaginado. Una de las más destacadas e importantes fue el confinamiento al que se vio sometido gran parte de los países del mundo, con el objetivo de frenar el avance de los contagios por coronavirus. Una solución bastante drástica que, si bien ayudó a bajar en gran medida la tasa de contagios, trajo consigo una serie de daños colaterales. Y una de sus grandes consecuencias fue el aumento de los casos de violencia de género. 

Esto no quiere decir que el número de maltratadores aumentara mágicamente al estar encerrados en casa, sino que el confinamiento creó las condiciones idóneas para que los elementos de este tipo de violencia se potenciaran. Entre ellos, el aislar aún más a las mujeres, aumentar el control por medio de la clausura formal del hogar, la dificultad de acceso por parte de las mujeres a los recursos de protección y la creación de un contexto que facilitó el uso de la violencia ante el más mínimo estímulo, han sido las principales razones del alarmante aumento de violencia machista.

Según un artículo publicado por ONU Mujeres, la enfermedad del Covid-19 se ha convertido en la “situación perfecta” para ejercer un comportamiento controlador y violento en el hogar. Sin embargo, varios estudios revelan que esta situación es más habitual de lo que creemos. Es decir, tras una catástrofe o desastre, el aumento de la violencia como la de género suele aumentar dado que los agresores aprovechan las circunstancias en las que se produce una limitación de la movilidad para incrementar dicha violencia.

Por otro lado, no hay que olvidar que  esa violencia crea un impacto muy profundo en la salud de las mujeres, y el tiempo que pueden tardar en superar ese trauma depende en gran medida de el tiempo que hayan estado expuestas a la violencia.

Nuevas iniciativas

Pese a todo este panorama tan desolador, las nuevas iniciativas para evitar que el coronavirus cree una situación mucho peor a la actual no han dejado de llegar. Muchas organizaciones dedicadas a la ayuda a mujeres que sufren violencia de género han creado nuevas formas de comunicarse y actuar durante la pandemia. Es más, algunas de ellas han seguido realizando un seguimiento a través del teléfono, con videollamadas o por mensajes, para mantener un contacto constante con las víctimas.

En el caso de España, se puso en marcha la campaña ‘Mascarilla-19’ mediante la cual las mujeres en situación de riesgo podían pedir ayuda a través de las farmacias, un recurso sanitario esencial abierto durante toda la época del confinamiento.  Por desgracia, y aunque ya no nos encontramos estrictamente confinados en casa, los casos de violencia de género siguen estando a la orden del día.